Lipoplastia ultrasónica, la nueva frontera de la liposucción
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Según la Asociación Española de Cirugía Plástica y Estética (AECEP), la liposucción tradicional es una cirugía que, gracias a los innumerables avances tecnológicos de los últimos tiempos, está siendo reemplazada por técnicas menos invasivas. Un caso de ello es la lipoplastia, tratamiento que también se conoce como liposucción ultrasónica (UAL).
Antes de comenzar a hablar sobre qué es la lipoplastia y cómo funciona, es importante que entendamos parte de la histología de la grasa. En términos simples, la grasa corporal es una sustancia vital que proviene de muchos alimentos que consumimos diariamente, siendo su principal función la reserva de energía, además tienen la importante función de sujetar y proteger algunos órganos del cuerpo, como los riñones. También ayudan a asimilar algunas vitaminas del cuerpo como la A, D, E y K, entre otras funciones.
Se almacenan en diferentes regiones del cuerpo, por debajo del ombligo, en el abdomen, caderas, brazos, piernas, espalda, entre otros. El peligro radica cuando esta grasa se almacena de manera excesiva sobrepasando los índices normales que un adulto sea recomendable tener (entre 18% a 27%). Además de ser muy dañino para salud, supone un gran problema en la apariencia física de las personas. En esa línea, tanto hombres como mujeres, que han probado realizando ejercicios y dietas, pero sin resultados, quieren someterse a cirugías o tratamientos para eliminarlas, evitando en lo posible, el bisturí.
La lipoplastia ultrasónica se ha convertido en un tratamiento innovador para eliminar la grasa localizada de manera segura, con menos cicatrices, menos morbilidad y cero mortalidad. Esta fue descrita por primera vez en 1991 en la literatura médica y desde esa fecha en adelante se han realizado miles de intervenciones en pacientes de todo el mundo, con altos índices de éxito.
¿Qué es y cómo se realiza esta técnica?
La acumulación de grasa localizada, resistente a la dieta y al ejercicio físico, puede eliminarse de manera definitiva por medio de la lipoplastia ultrasónica. Esta técnica constituye, actualmente, la evolución más moderna e innovadora de la lipoaspiración tradicional y permite la emulsificación selectiva solo del tejido adiposo, el cual se elimina mediante aspiración de baja intensidad. Esta técnica, también es conocida como liposucción asistida por ultrasonidos (UAL), utilizando ondas de ultrasonido para “licuar’’ la grasa indeseada, presente en varias partes del cuerpo y eliminarla.
¿Quiénes son los candidatos ideales para someterse a una lipoplastia?
En este punto es importante que cada paciente indague antes de someterse a cualquier procedimiento estético. En esa línea, es fundamental que pueda revisar en conjunto con su cirujano plástico, cuáles son las alternativas disponibles y cuál es la mejor para su caso particular. Así mismo, el paciente debe informarse sobre los posibles riesgos, así como también de las ventajas de cada procedimiento. En este caso en particular, es recomendable que los pacientes que se sometan a una lipoplastia sean hombres o mujeres que sean psicológicamente estables y físicamente saludables. La edad no suele ser un impedimento, pero en este caso el paciente joven obtendrá mejores resultados que el paciente más adulto, ya que este ha perdido elasticidad y firmeza en su piel.
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¿Qué profesionalidad requiere por parte del médico?
La metodología ultrasónica, si se realiza respetando de manera rigurosa toda la tecnología prevista y los instrumentos más avanzados, es completamente segura y fiable, por lo que no tiene efectos secundarios desde el punto de vista vascular, ya sea arterial o venoso; tampoco afecta a los sistemas nervioso y linfático, ni incide en el tejido conectivo circundante.
Esta selectividad, comprobada a día de hoy por muchos trabajos científicos de carácter internacional, posibilita llevar a cabo una aproximación mucho más radical, circunferencial y artística de la lipodistrofia a tratar, incluyendo aquellas zonas anatómicas tradicionalmente difíciles como la cara interna de las piernas y los brazos.
¿Qué zonas del cuerpo pueden tratarse con la lipoplastia ultrasónica?
La lipoplastia ultrasónica puede aplicarse en casi todas las zonas del cuerpo, aunque las áreas que se tratan con mayor frecuencia son las caderas, los muslos, el abdomen, la región submentoniana y los brazos. La cantidad de grasa a absorber la fija el cirujano en función de las características singulares de cada paciente. Pueden tratarse desde pacientes obesos, a los que la cirugía bariátrica no ha ayudado demasiado, hasta personas que presentan pequeñas acumulaciones de grasa en el cuello, los brazos y las pantorrillas.
¿Cuántas intervenciones son necesarias para conseguir un resultado satisfactorio?
La lipoplastia ultrasónica es la única alternativa quirúrgica posible para corregir los efectos de liposucciones anteriores. El resultado, que se puede apreciar desde los primeros instantes del tratamiento, se hace evidente en un plazo inferior a dos meses y mejora durante el año siguiente a la intervención. Si el paciente así lo quiere, la lipoplastia se puede realizar nuevamente. Cuando finaliza el tratamiento, quedan pequeñas cicatrices (de pocos centímetros) que están camufladas por los pliegues naturales de la piel, por lo que resultan casi invisibles. El tipo de anestesia a emplear, así como el tiempo de ingreso hospitalario, la frecuencia y el tipo de mediación dependerán de cada caso concreto y vendrán determinados por el propio médico.
¿Cuáles son los posibles riesgos asociados?
A pesar de que se trata de un tratamiento muy seguro, no está exento de posibles riesgos asociados, tales como:
- Posibles hematomas
- Infecciones
- Acumulación excesiva de fluidos que deben evacuarse.
- Reacciones adversas a la anestesia.
- Posibles daños a la piel u otros órganos-
- Irregularidades de la superficie de la piel.
- Posibles asimetrías.
Es por eso, que antes de realizarle cualquier procedimiento, el paciente se informe y pueda acudir a profesionales calificados para poder realizarse el tratamiento.
La mayoría de las complicaciones o riesgos van asociados a un mal conocimiento de la técnica a manos de profesionales que no están certificados o que no cuentan con los estudios específicos de la materia.
Cuidados luego de la cirugía
Luego de la intervención, el médico le pedirá que utilice una faja compresora para controlar la hinchazón y el dolor. Así mismo, le recetarán analgésicos y tendrá algún tipo de drenaje para las incisiones.
Luego, es recomendable que realice reposo durante unas semanas, evitando actividad física y deporte. Podrá retomar sus actividades en el trabajo luego de una semana de la operación, pero con los cuidados necesarios.
Así mismo, el cirujano programará visitas de seguimiento que el paciente debe acudir para controlar su progreso.
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