Rinoplastia gratis en la Seguridad Social
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La cirugía estética supone en muchas ocasiones el mejor salvavidas para garantizar el cambio de aspecto físico. Son muchas las mujeres y los hombres que, a lo largo del año, deciden someterse en nuestro país a este tipo de intervenciones para darle a su vida una transformación radical.
Sin embargo, no en todos los casos las operaciones están basadas en simples retoques de belleza, sino que forman parte de la gran amalgama de correcciones que ofrece la medicina para mejorar determinados problemas de salud.
En la actualidad, tal y como revelan las últimas estadísticas publicadas por la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS), la rinoplastia constituye la quina operación más demandada en todo el mundo. Al tratarse de una intervención cuyos resultados están más que expuestos al público, el paciente que se somete a la misma resulta ser tan exigente como su precio.
No obstante, existen casos en los que las malformaciones genéticas o los problemas respiratorios permiten que estos retoques de nariz sean cubiertos por la Seguridad Social. La línea legal que separa a la operación pública o privada está condicionada por la necesidad vital del paciente.
Requisitos para que la medicina pública cubra la operación estética
Existe una gran diferencia entre la cirugía estética, que se dedica a cumplir las demandas o los caprichos de belleza solicitados por el paciente, y la cirugía reconstructiva, que le ofrece al individuo la posibilidad de reparar lesiones o malformaciones que afectan a su autoestima o salud.
En esta desemejanza se basan los criterios que la Sociedad Española de Cirugía Plástica Estética y Reparadora (SECPRE) utiliza para diferenciar las operaciones que sí entran en el arca de intervenciones cubiertas por la Seguridad Social.
Tal y como establece el SECPRE, sólo las intervenciones que forman parte de la cirugía reconstructiva están incluidas en la cobertura de la medicina pública. Y esto se produce porque, a diferencia de las operaciones originadas a través de los cambios puramente estéticos, la cirugía reconstructiva ayuda a reparar malformaciones congénitas u otros problemas derivados del nacimiento o de cualquier tipo de accidente que impidan al paciente llevar una calidad de vida acorde con el resto de la población.
¿Qué tipo de correcciones nasales están incluidas?
Dada la necesidad de que el problema de nariz constituya un verdadero inconveniente para la respiración o para la salud del paciente, el número de intervenciones quirúrgicas que pueden acogerse a la Seguridad Social es reducido. Entre ellas se incluyen las rinoplastias que corrigen problemas derivados de traumatismos, como las desviaciones de tabique, o problemas que provienen de la propia cadena genética, como es el caso de la deformación de los senos paranasales.
En último caso es el equipo médico del hospital el que debe valorar la situación del paciente y la solución más conveniente para su salud. Por este motivo la medicina pública también incluye en el pago de las operaciones de rinoplastia todas aquellas correcciones estéticas que pueden ayudar a mejorar la respiración del paciente, que en muchos casos se ve afectada por la forma o la estructura ósea de su nariz.
Los problemas estéticos o funcionales derivados de la zona nasal pueden surgir en personas de cualquier franja de edad o género. Además, estos defectos aparecen en una de las partes más visibles del cuerpo, un aspecto que convierte a la rinoplastia en una intervención solicitada y de urgencia por la insatisfacción que produce en el paciente.
En los casos en los que deben intervenirse a individuos adolescentes, lo más recomendable según el criterio médico es esperar hasta los 14 o 15 años de edad, en el caso de las chicas, y hasta los 16 o 18 años para los chicos. Esta espera está condicionada por la finalización de la etapa de crecimiento de los menores de edad. Si el desarrollo del cuerpo de estos pacientes no está concluido una vez realizada la intervención, el desfase puede provocar que en cambios posteriores los resultados no sean tan eficaces o incluso se produzca una pérdida de la mejora obtenida.
Los fines terapéuticos, exentos de IVA
Uno de los últimos dictámenes del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha determinado que las operaciones de cirugía estética y los tratamiento estéticos que incluyan en su objetivo principal la resolución de problemas de salud estarán libres de abonar el Impuesto del Valor Añadido.
La sentencia, que remite al artículo 132 de la Directiva 2006/112/CE del Consejo, de 28 de noviembre de 2006, relativa al sistema común del IVA, es clara al respecto. Cualquier individuo que se someta a una intervención basada en fines única y exclusivamente terapéuticos estará exento de pagar la tasa. Bajo este concepto, la normativa incluye a las asistencias sanitarias que "tienen por finalidad diagnosticar, tratar o curar enfermedades o problemas de salud, o proteger, mantener o restablecer la salud de las personas".
Además, tal y como establece la normativa, la valoración del equipo médico sobre la finalidad real de la operación estética es fundamental para determinar si en el precio de la intervención debe estar o no suprimido el IVA. La opinión subjetiva del paciente no es en ningún caso suficiente para adjudicar la exención del pago.
Hasta el momento, la Hacienda española negaba la exención de IVA en materia de cirugía estética, una determinación legal totalmente contraria al reciente dictamen europeo. Esta medida, pues, conlleva una gran implicación tanto para los pacientes de cirugía estética como para los cirujanos de nuestro país, puesto que a raíz de la sentencia este tipo de intervenciones terapéuticas podrán ahorrarse el 21% de IVA.
La nariz, un foco de complejos
En la actualidad, no sólo la mujer está registrada como principal demandante de este tipo de operaciones nasales. Progresivamente, cada vez son más los hombres que se someten a esta intervención, convirtiéndose en pacientes exigentes y menos conformistas con los resultados obtenidos. Así lo ha revelado un estudio publicado por la SECPRE este mismo año y bautizado bajo el título 'La realidad de la cirugía estética en España', que sitúa a los problemas estéticos nasales entre los principales focos de complejo de nuestro país.
A este aspecto cabe añadir que muchas de las segundas operaciones que se realizan tras el supuesto fracaso de la primera intervención se deben al rechazo de la misma por el paciente. Cuando el individuo se somete a una rinoplastia, la apariencia o el aspecto de su cara puede variar considerablemente, por lo que existen numerosas posibilidades de que éste no se vea como esperaba en un principio.
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