No a los tapones en rinoplastia!
El uso de tapones nasales tras una cirugía de nariz o rinoplastia ha sido una práctica muy extendida a lo largo de la historia, con el propósito de controlar posibles sangrados postoperatorios. Hoy en día, sin embargo, esta técnica ha perdido su justificación debido a significativos avances en las técnicas anestésicas y quirúrgicas.
En el pasado, la colocación de gasas, esponjas o algodones en las fosas nasales era común al finalizar una rinoplastia para prevenir o controlar hemorragias. Esto se hacía como medida preventiva, ya que la nariz es un órgano altamente vascularizado, lo que aumenta la probabilidad de sangrado. Sin embargo, las mejoras y los avances en las técnicas anestésicas han permitido un control más eficaz del dolor durante la cirugía, así como la regulación de la presión arterial y la sedación del paciente, lo que ha llevado a una reducción drástica de la posibilidad de sangrado durante el procedimiento.
Además, la evolución de las técnicas quirúrgicas ha llevado a realizar intervenciones más minuciosas y precisas, siguiendo planos anatómicos detallados que evitan vasos sanguíneos importantes y siendo más delicados con los tejidos circundantes. Estos avances contribuyen a minimizar la hemorragia durante la cirugía; de este modo, la colocación rutinaria de tapones nasales deja de tener justificación en la mayoría de los casos.
Actualmente, solo se recomienda la colocación de tapones nasales en casos muy excepcionales y raros, alrededor del 1%, donde se presente un sangrado significativo postoperatorio. E, incluso en estos casos, se sugiere que el taponamiento sea suave y que se retire a las 24 horas, evitando así molestias innecesarias para el paciente.
En el 99% de los casos restantes, los pacientes pueden abandonar el quirófano sin la necesidad de llevar tapones nasales, permitiendo una respiración normal y sin las molestias asociadas al uso de los mismos. Es importante tener en cuenta que durante los primeros 7-10 días del postoperatorio, es posible que los pacientes experimenten una leve sensación de congestión nasal, pero esta desaparece rápidamente, sin la incomodidad de llevar las fosas nasales taponadas a presión.
Desde Beauty ONE Center, se recomienda a los pacientes que consulten con sus cirujanos la necesidad de colocar tapones nasales de manera rutinaria después de la cirugía. La ausencia de esta práctica puede indicar un enfoque más cuidadoso por parte del cirujano hacia los tejidos y una mayor confianza en las técnicas quirúrgicas modernas en lugar de depender de métodos obsoletos como el taponamiento nasal.