Cuando el resultado no es el esperado: la cirugía plástica secundaria
Pasar por el quirófano por segunda vez en un corto periodo de tiempo: en eso consiste la "cirugía secundaria", una oportunidad que trata de remediar los daños ocasionados por una intervención anterior. Recurren a esta "reoperación" aquellos pacientes que, insatisfechos con los resultados estéticos obtenidos, desean someterse a una nueva operación reconstructiva.
Desde la rinoplastia a la mastoplastia, muchas son las intervenciones secundarias a las que se someten algunos pacientes. Los errores de valoración y planificación, que contribuyen a que los resultados no sean los esperados, pueden evitarse gracias a una minuciosa valoración personalizada.
Según datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica y Estética (SECPRE) sólo el 34,83% de los españoles que se someten a alguna intervención de Cirugía Plástica o Estética, realmente se informan sobre la profesionalidad del médico que los atendió y sobre sus años de experiencia en el rubro. En esa línea, es fundamental que las personas que se sometan a cualquier tipo de intervención en esta materia, puedan asegurar que sus médico tratante tenga el título oficial y homologado que los certifica como “Médico Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora’’.
Así mismo, la SECPRE reveló que el 16, 48% de las cirugías que se realizan a manos de cirujanos plásticos españoles, tienen como principal objetivo corregir intervenciones anteriores.
Una de las causas más comunes es atenderse en un centro estético no certificado a manos de profesionales que no cuentan con la experiencia necesaria o con los estudios que requieren para realizar los tratamientos. Muchas de las cirugías que las personas se realizan bajo esta premisa tienen riesgos asociados, que en algunas ocasiones, podrían ser hasta mortales.
Infecciones, edemas, asimetrías, mala cicatrización, son solo algunas de las consecuencias que trae el no asegurarse con un médico especializado. En esa línea, es importante destacar que cualquier tipo de intervención quirúrgica trae consigo riesgos asociados, así como también una disconformidad en los resultados esperados.
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¿Cuándo es necesaria una cirugía secundaria?
El vertiginoso aumento de los riesgos en las intervenciones de cirugía estética ha determinado, inevitablemente, que un número cada vez mayor de pacientes no esté satisfecho con los resultados obtenidos. Un paciente insatisfecho es un candidato potencial para una operación secundaria. Puede ocurrirles también a pacientes que han pasado por diversas operaciones consecutivas, para tratar de "reparar" los daños ocasionados por éstas.
Pacientes insatisfechos, pero no solo ellos…
Seguramente, junto a la categoría de pacientes insatisfechos que se someten a una o más intervenciones para conseguir los resultados que desean, se encuentra otra categoría formada por aquellos que deciden realizar una operación considerada de "mantenimiento". Es el caso, por ejemplo, de pacientes que, al notar los síntomas del envejecimiento facial, se arriesgan a someterse de nuevo a una blefaroplastia o a un lifting facial 10 o 15 años después del realizarse el anterior. Por otro lado, una de las primeras preguntas que nos hacen los pacientes que deciden operarse de blefaroplastia o de lifting facial es: "¿Dr., cuándo tiempo duran los resultados? ¿Después de cuántos años debe repetirse la intervención?".
Cirugía secundaria: más compleja que la primera
La cirugía secundaria es técnicamente más difícil y presupone una experiencia mayor, así como una preparación de alto nivel. En realidad, en los casos de una operación secundaria, la cirugía reparadora se convierte en una cirugía reconstructiva. Pensemos, por ejemplo, en una rinoplastia secundaria, en la que debemos reconstruir nuevamente la estructura nasal que se ha visto afectada por una primera intervención mal realizada.
¿Cuáles son las causas de la insatisfacción con el resultado?
Un porcentaje alto de los casos de insatisfacción se debe a un error de planificación durante la intervención, que conduce, inevitablemente, a un resultado fallido. En otros casos, es fruto de una mala comunicación entre el cirujano y el paciente, que permite que este último cultive falsas expectativas. Por ese motivo, resulta imprescindible que se lleve a cabo una charla informativa previa a la operación que sirva para profundizar en todos y cada uno de los aspectos de la intervención a desarrollar y sus resultados.
"Desilusionados" con la primera intervención
Lo primero que hay que aclarar es que la segunda operación tendrá una mayor complejidad, debiendo analizarse, desde el punto de vista anatómico, las consecuencias negativas de la primera intervención y las posibilidades de solucionarlas. Uno de los casos que frecuentemente requiere de un retoque o una corrección es la rinoplastia. Es obligatorio, antes que nada, aclarar que la rinoplastia es una de las intervenciones de cirugía estética que requiere de mayor habilidad quirúrgica, así como del dominio de varias técnicas para afrontar las distintas variantes anatómicas que existen. Muchas son las ocasiones en las que los pacientes acuden a consulta con problemas muy evidentes, no solo desde el punto de vista estético, sino también funcional, que muestran operaciones realizadas por manos que no son lo suficientemente expertas en este tipo de intervenciones.
La revisión de la mastoplastia de aumento representa otro de los casos más comunes, cuyas pacientes lamentan la evidente asimetría existente entre las dos mamas, la presencia de contracturas capsulares con endurecimiento de los dos implantes protésicos, o las conocidas "arrugas" que se producen en el propio implante y que se dejan ver a través de la piel del pecho. En estos casos, la intervención es casi siempre obligatoria y prevé la sustitución de los implantes y su colocación correcta. Se puede intervenir también para solucionar la asimetría que provocan depresiones embarazosas. En este último año, el lipofilling con trasplante de grasa autóloga, procedente de otras zonas del cuerpo de la propia paciente, se ha perfilado como una solución válida en la mayor parte de los casos de depresiones cutáneas.
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¿Cómo evitar posibles riesgos y disconformidad con los resultados?
Este punto es fundamental. Para poder evitar los riesgos asociados de una intervención de cirugía plástica reparadora y estética, es importante que el paciente se informe sobre el profesional que estará a cargo de la operación. En esa línea, es recomendable que las personas puedan indagar sobre los años de experiencia del doctor y solicitarle fotos del antes y el después de sus intervenciones. Otro punto, es indagar y revisar experiencias de pacientes que se han atendido con él.
Por último, verificar que la clínica y las instalaciones cuenten con todo lo necesario para llevar a cabo el procedimiento.
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