CRTL + Z: ¿se puede revertir una cirugía estética?
Es innegable, todos, absolutamente todos, tenemos alguna parte de nuestro cuerpo con la que no acabamos de sentirnos cómodos. No importa cuán seguros de nosotros mismos seamos o cuánto amor propio tengamos. Es algo inherente al ser humano. Lo que ocurre es que algunas personas lo aceptan, lo abrazan, y no le dan más importancia; y otras sin embargo, buscan soluciones.
Los retoques estéticos se han convertido en una práctica habitual hoy en día, incluso entre los más jóvenes. No es de extrañar; la sociedad actual vive en una constante presión social por la aceptación. ¿Y qué es “lo aceptado”? Sólo tienes que entrar en Instagram o Tik Tok para darte cuenta del patrón: retrasar al máximo y evitar el envejecimiento, y modelar el cuerpo a imagen y semejanza de las celebrities e influencers de turno.
Pero en ocasiones, la búsqueda constante de ese rostro y ese físico perfectos puede no acabar con un “felices para siempre”. No importa que lleves las fotos de la modelo con la nariz perfecta que quieres tener. A veces el resultado, aunque se haya ejecutado de manera impecable, puede no gustarte, y es que no olvidemos que las expectativas que tenemos no se pueden llevar impresas (además de que el “gusto” es algo totalmente subjetivo).
De hecho, se estima que el 5% de las personas que se someten a una cirugía estética se acaban arrepintiendo de su decisión. Entonces, ¿qué ocurre en estos casos? ¿Existe solución?
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¿Es posible revertir una cirugía estética?
Pues depende. Empecemos aclarando que la mayoría de procedimientos quirúrgicos que se han realizado para responder a una demanda estética tienen solución. Esta solución es lo que se conoce en el sector como “el retoque”. Eso sí, supone volver a pasar por quirófano, con todo lo que eso conlleva, y en muchas ocasiones un gasto extra. Pero no podemos obviar que en algunos casos es mucho más sencillo que en otros.
Los aumentos de glúteos o de pecho son fácilmente reversibles puesto que únicamente es preciso retirar los implantes. Eso sí, se debe tener en cuenta que pueden quedar cicatrices visibles, y en el caso concreto de las cirugías mamarias, puede llegar a ser necesaria una recolocación del pezón. Además la elasticidad de los tejidos y los volúmenes se pueden ver afectados.
Pero cuando hablamos de intervenciones en el rostro como rinoplastias, blefaroplastias o liftings, la cosa se complica, sobre todo cuando a raíz de la cirugía se produce un cambio drástico en nuestra imagen hasta el punto de que no nos reconocemos en el espejo. Concretamente en el caso de las rinoplastias es prácticamente imposible hacer que una nariz vuelva a su estado original.
Antes de hacerte a un retoque
Quizás no te lo han dicho nunca, pero tras cualquier intervención estética somos mucho más vulnerables emocionalmente. De hecho, la gran mayoría de personas recién operadas experimentan lo que se conoce como disforia, una mezcla entre ansiedad y tristeza. Por eso es importante que tengas en cuenta los siguientes aspectos antes de arrepentirte y querer dar marcha atrás a tu operación:
- Período de adaptación tras la operación. Toda intervención conlleva un tiempo postoperatorio en el que nos vemos hinchados y con moretones, pero no te desanimes. Día a día tu aspecto mejorará, así como tus ánimos, y empezarás a sentirte y a verte de otra manera. Todo cambio requiere un tiempo hasta que nos acostumbramos a él.
- Exceso de tiempo libre. Podría sonar como algo ideal, pero en este caso no lo es, y es que con tanto tiempo entre manos nuestra mente no deja de pensar en cómo nos vemos y cómo estábamos antes. Así que prepárate una maratón de series, películas y libros y deja de darle tantas vueltas a la cabeza.
- La medicación puede hacer que te sientas extraño y confundido. De nuevo, conforme pasen los días todo irá a mejor.
Recuerda que el resultado final de la mayoría de intervenciones no se alcanza hasta el año, así que no te obsesiones, piensa que poco a poco volverás a reconocerte y sobre todo, estás más cerca del final.
Y si después de todo sigues pensando en hacerte un retoque valora si ese aspecto que no acaba de convencerte se puede mejorar o compensar con alguna otra cirugía o con un procedimiento médico estético en otra zona, sin necesidad de volver a pasar por quirófano.
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Más vale prevenir que curar
A veces es cuestión de ser un poco precavido y como dice el refrán, evitar males mayores:
- Quizás se trata de una imperfección que lleva años acomplejándote pero, ¿cuál es tu momento vital al tomar la decisión? En ocasiones nos dejamos llevar por momentos de depresión, o nuestra situación emocional no es estable; por ejemplo cuando acabamos de romper con nuestra pareja, sufrimos una relación de abuso o estamos en un proceso de duelo. Es imprescindible ser consciente del momento psicológico en el que te encuentras a la hora de tomar la decisión de someterte a un procedimiento quirúrgico estético puesto que si detrás de esa imperfección o ese algo que “no te acaba de gustar” hay algo más profundo la cirugía nunca será la respuesta, no será efectiva ni hará que te sientas mejor con tu cuerpo, sea cual sea el resultado.
- Evita los cambios drásticos: busca siempre el resultado natural que más se acerque a tu cuerpo y a tu manera de ser. Somos animales de costumbres, esto se traduce en que te conoces y reconoces tu imagen de cierta manera y aunque haya algo que sientas que no encaja contigo, modificar tu imagen drásticamente puede provocar un rechazo hacia el nuevo reflejo que ves en el espejo.
- Escucha a tu médico especialista: él mejor que nadie sabrá aconsejarte y podrá indicarse si tus expectativas son realistas o no según tu estructura ósea, así como recomendarte el cambio que mejor se adapte a ti.
Y por último, pero no menos importante, en la medida de lo posible plantéate realizar un procedimiento de medicina estética en lugar de una cirugía. Y es que la mayoría de productos empleados hoy en día en los procedimientos estéticos son reabsorbibles con lo cual los efectos desaparecen al cabo de unos 6 o 12 meses, o, en el caso del Ácido Hialurónico, el efecto se puede revertir inmediatamente gracias a la Hialuronidasa.
Artículos de referencia
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