Quistes sebáceos y lipomas: eliminación con láser y mínima incisión
El avance de la tecnología hace posible que problemas como los quistes sebáceos y los lipomas puedan solucionarse de modo eficaz y sencillo. Gracias al láser, cada vez más pacientes pueden decirles adiós a estos pequeños bultos de grasa.
La aparición de quistes sebáceos y de lipomas puede llegar a convertirse en una enfermedad familiar, sobre todo, y de manera más frecuente, en la llamada lipomatosis familiar, mediante la cual los miembros de una familia son proclives a padecer el crecimiento de tumores grasos en zonas como el cuello o la espalda, por ejemplo.
Los lipomas se pueden detectar fácilmente prestando atención a estos factores:
- Aspecto: observamos la presencia de una masa redondeada y suave al tacto, que se mueve por debajo de la piel y crece de forma lenta. En la palpación es indolora.
- Edad: la aparición de lipomas suele ser más frecuente en personas de entre 40 y 60 años.
- Antecedentes familiares: como ya hemos comentado, la herencia genética juega un gran papel en las posibilidades de padecer de lipomas..
En cualquier caso siempre será necesario confirmar el diagnóstico con un médico especialista.
¿Qué son los quistes sebáceos y los lipomas?
Los quistes sebáceos son bolsas de grasa que aparecen bajo la piel. Muchas veces, surgen a consecuencia de la infección de un folículo piloso (tras una depilación, por ejemplo) y desaparecen al cabo de unos días. Pero, en otros casos, permanecen y, además de ser poco estéticos, pueden infectarse, complicando la evolución del quiste.
Por su parte, los lipomas son pequeños tumores benignos de grasa que no duelen. A diferencia de los quistes sebáceos, suelen ser de mayor tamaño.
Ambos pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, siempre debajo de la piel, y tiene que ver con la desestructuración de la grasa del tejido celular subcutáneo.
Hasta la aparición del láser lipolítico mediante sonda láser, la extracción de los quistes y los lipomas se hacía mediante cirugía, lo que implicaba quirófano, grandes incisiones que dejaban importantes lesiones en la piel en forma de cicatrices que muchas veces presentaban dehiscencia de bordes, amén de que eran muy grandes y llamativas. Por tanto, el resultado eliminaba el lipoma, pero dejaba al paciente con una huella que le acompañaba toda la vida.
Precisamente por ello, muchas personas, por miedo a mostrar esas grandes cicatrices e incluso otros defectos propios de esta intervención, como el hundimiento de la zona tratada, se resistían a eliminar los quistes sebáceos o los lipomas, pues preferían el bulto a la cicatriz.
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El láser, un aliado perfecto para eliminar los lipomas
Gracias a la nueva técnica, con el empleo de la sonda laserlipólisis médica, se penetra en el quiste o lipoma y se consigue extraer a través de una mínima incisión (lo que dejará, por tanto, una cicatriz muy pequeña que puede pasar desapercibida con facilidad). Con el láser, se licua el contenido y se termo-vaporiza la cápsula que los contiene, acabando con este bulto de grasa de manera eficaz.
Las ventajas de esta nueva técnica son muy destacadas:
- Se trata de un procedimiento totalmente ambulante, exento de hospitalización, así como de preoperatorio y posoperatorio. Los riesgos de que surjan complicaciones son, por tanto, sumamente bajos.
- Tras la aplicación del láser, quedará solo una mínima incisión. Esta suele ser de milímetros, lo que facilita su ocultación.
- El láser ayuda a que se produzca una buena cicatrización, pues mejora el proceso.
- Solo se requiere del empleo de anestesia local en la zona del quiste o del lipoma. De este modo, apenas hay reacción a la anestesia y el paciente no debe quedarse una noche en el hospital.
- Incorporación a la vida cotidiana inmediata. Al tratarse de un procedimiento rápido y realizado de manera ambulatoria, el paciente puede volver a su rutina después de la intervención con el láser.
- Se pueden eliminar todos los quistes o lipomas que se desee sin límite de tamaño.
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La mayoría de los profesionales suelen usar el láser 1064 con fibra o sonda para realizar la laserlipólisis de los quistes o lipomas. Se trata de una tecnología que da muy buenos resultados para el tratamiento de otros problemas, como las varices. De ahí que se aplique también a la eliminación de estos bultos de grasa.
En los casos en los que el quiste o el lipoma son muy grandes, se suele emplear el láser combinado con la liposucción tradicional ya que la lipólisis láser, aplicada ya sea antes o después de la liposucción, puede facilitar aún más la eliminación de los mismos.
¿Cómo se realiza?
El procedimiento es muy sencillo. Para empezar es preciso dormir la zona a tratar mediante anestesia local. A continuación se realiza un minúsculo orificio por el cual se introduce una fina cánula la cual tiene adherida una fibra óptica conectada al láser. La tecnología láser permite destruir y licuar las células grasas que conforman el quiste, lipoma o tumor benigno, así como destruir la posible cápsula que lo contenga. Posteriormente se absorbe y se extrae la materia grasa. Por último, vuelve a pasarse el láser para asegurar la eliminación de cualquier tejido residual que pudiera conllevar un recrecimiento tumoral futuro.
El procedimiento láser de eliminación de lipomas y quistes es muy rápido, de hecho tiene una duración aproximada de 30-40 minutos. Una vez realizado, el paciente puede retomar su actividad habitual. Durante los tres días posteriores se deberán realizar curas en el punto de entrada de la cánula. En algunos casos podría aparecer un hematoma que desaparecerá con el paso de los días.
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