Cicatrización exagerada o fibrosis, ¿qué proponemos?

Cicatrización exagerada o fibrosis, ¿qué proponemos?
Por Dr. Xavier Armengou
Cuenta con más de tres décadas en el campo de la cirugía estética. Especialista en el manejo del método VASER y pertenece a la SECE (Sociedad Española de Cirugía Estética )
Creación: 25 jun 2018 · Actualización: 25 may 2022

Hablamos de fibrosis post quirúrgica, también conocida como la cicatrización exagerada, cuando se produce una cicatrización anormal o excesiva tras una intervención quirúrgica estética, de modo que se forma más tejido fibroso o cicatricial del necesario.

Ninguna cirugía está exenta de riesgos y aunque, cuando uno toma la decisión de realizarse una operación para mejorar su imagen estética siempre tiene la expectativa de lograr un resultado satisfactorio, lo cierto es que la aparición de fibrosis post quirúrgica es bastante habitual, y en ocasiones, puede mermar el resultado de la cirugía, especialmente cuando tratamos la silueta corporal. Además, la fibrosis no va asociada únicamente a una cirugía en concreto, si no que puede desarrollarse ante cualquier operación. ¿Y por qué ocurre? La causa principal es que la capa de tejido graso se adhiere a los tejidos fibrosos durante la cicatrización de manera que se genera una cicatrización interna que, a su vez, se deja notar en forma de bulto o endurecimiento en la parte más superficial de la piel.

Pero, esta cicatrización excesiva no solo afecta a nivel estético, si no que en ocasiones puede llegar a provocar dolorosas contracturas del tejido muscular y conectivo que rodea la cicatriz, lo que implica una limitación de movimiento o compresión de fibras nerviosas, y por tanto, debilidad y pérdida de fuerza en la zona afectada.

Factores de riesgo y detección de la fibrosis

Uno de los síntomas más habituales de la fibrosis es la presencia de dolor constante e irradiado, así como la presencia de una cicatriz abultada o poco simétrica. Como ya hemos comentado, esta cicatrización excesiva puede darse durante el proceso de recuperación de cualquier operación y en cualquier persona. Pero es cierto que existen algunos factores de riesgo que pueden llevar al desarrollo de la fibrosis (y que por el contrario, podemos observar y tener en cuenta para reducir las posibilidades al mínimo).

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Detalle de las capas de la piel y grasa subcutánea

Lo primero que debemos tener en cuenta es que cuanto mayor sea el daño provocado en los tejidos (mayor tamaño y mayor sangrado de la herida quirúrgica), habrá más riesgo de generar problemas de cicatrización excesiva o fibrosis. Por otro lado, la predisposición individual de la persona que se va a operar; es decir, algunas personas, son más propensas a tender a una cicatrización exagerada de manera espontánea, o a realizar una mala cicatrización. En este sentido, si tras valorar al paciente se detectan problemas de cicatrización, el médico cirujano encargado de realizar la operación deberá hacer un abordaje lo menos invasivo posible (microcirugía) para evitar en la mayor medida posible posibles alteraciones en el tejido cicatricial. Otro factor de riesgo a tener en cuenta es la toma de ciertos medicamentos, haber recibido quimioterapia, o incluso padecer alguna enfermedad autoinmune o alteraciones circulatorias, ya que en muchos caso son causa de mayor inflamación y ralentizan la cicatrización, por lo que pueden dificultar el proceso.

Cuando un procedimiento quirúrgico es muy agresivo, o no respeta las capas del tejido graso superficial, puede acentuarse la fase proliferativa de la cicatrización, y aumentar la cantidad de tejido conectivo, dando a la piel un aspecto "endurecido", sin elasticidad, con trastornos circulatorios conocidos como "cutis marmorata", con adherencias a planos profundos, o simplemente con palpación de nódulos.

Por ejemplo, en el caso de un procedimiento de liposucción, si nos acercamos mucho a la capa superficial de la grasa, donde se encuentran los vasos capilares y linfáticos, y la densidad es mayor, y no respetamos el espesor de seguridad de 4 mm aproximadamente, es fácil que acabemos teniendo un cierto grado de fibrosis.

¿Cómo prevenir y tratar la fibrosis?

En muchas ocasiones, la Fibrosis Cicatricial se resuelve espontáneamente a medida que desaparece la inflamación. Es importante acompañar este proceso de masajes postoperatorios ya sean manuales o incluso asistidos mediante ciertas tecnologías, tales como la radiofrecuencia o el ultrasonido (Tecnología MP2 by VENUS Legacy). El drenaje linfático es uno de los métodos más efectivos para prevenir la aparición y/o acabar con la fibrosis temporal dado que favorece la reabsorción del hematoma gracias a la estimulación del sistema linfático, que a su vez favorece la circulación sanguínea y la eliminación de líquidos y toxinas a través de la orina.

Por su parte, el uso de la faja post operatoria en cirugía de liposucción o abdominoplastia, inmediatamente después de la intervención disminuye la hinchazón así como la aparición de hematomas, puesto que favorece la eliminación de líquidos, y al ejercer compresión mejora la circulación sanguínea, hace de sostén de los músculos y permite la adhesión de la piel.

Tratamientos fibrosis
Entre los tratamientos más efectivos para tratar la fibrosis quirúrgica destacan las ondas de choque, las corrientes galvánicas, la radiofrecuencia y el utrasonido

Sin embargo, cuando una vez la inflamación ha remitido, persiste el endurecimiento y abultamiento de la cicatriz, hemos de recurrir a otras técnicas y tratamientos para tratar la fibrosis, como por ejemplo infiltraciones mediante una pequeña aguja de fármacos o preparados biológicos ( corticoides, enzimas recombinantes, 5-FU, bleomicina, verapamilo, combinaciones, etc). Recientemente varios artículos han verificado la acción reguladora de la cicatrización de los derivados biológicos del tejido graso por la presencia de células madre y reguladores biológicos. El suministro de ciertos medicamentos en la fase de proliferación de la cicatrización pueden ser efectivos, al igual que se utilizan en las mamoplastias de aumento (inhibidores de los leucotrienos). Otros tratamientos que ayudan a reducir la cicatrización excesiva son las ondas de choque, las corrientes galvánicas, la cavitación, la carboxiterapia e incluso el lipoláser.

No obstante, antes de decidir qué procedimiento realizar, es interesante realizar una análisis de los tejidos afectados mediante análisis de ultrasonidos (ecografía cutánea). Es importante tener en cuenta que todo cuerpo es diferente, por lo que cada caso puede requerir una opción terapéutica específica. Asimismo, conviene siempre buscar opciones que no empeoren la lesión inicial.

Pamplona/Iruña, Navarra
Instituto Marsil
Badajoz, Badajoz
IOM Clinic
Santa Cruz de Tenerife, Tenerife

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