Lipofilling o transferencia de grasa propia

Lipofilling o transferencia de grasa propia
El Doctor está especializado en Cirugía Plástica y Estética y aplica las técnicas más avanzadas, y al mismo tiempo, más experimentadas.
Creación: 6 oct 2021 · Actualización: 9 nov 2022

Una alternativa eficaz a los implantes y rellenos:  La posibilidad de reinyectar la grasa obtenida por liposucción se viene considerando desde el propio nacimiento de la misma, con resultados variables.

Han sido pioneros en este campo -y sus contribuciones han sido trascendentales para la práctica diaria -, las del Dr. Guerrero Santos (México) en el aumento glúteo por lipoinyección de la grasa propia y la lipo-estructura – o “lipofilling” facial por parte del Dr. Coleman (EEUU).

Ha sido en la última década del presente siglo en que la técnica de lipotrasferéncia se ha consolidado y se ha convertido en un arma fundamental tanto en Cirugía Estética como en la Cirugía Reconstructiva.

Existen dos tipos de lipotrasferencia: La Micro y la Macrotrasferéncia de grasa propia.

La diferencia está la cantidad de grasa transferida, el instrumental específico requerido para ello, y el propio tratamiento o manipulación a la que se somete la grasa extraída previa a su reinyección.

La macrotrasferencia de grasa propia está indicada cuando se requieren volúmenes importantes de la misma, como es el caso de la región glútea y mama.

En la mama se emplea tanto para el aumento con finalidad estética como en la reconstrucción post mastectomía, donde juega un importante papel.

Se recomiendan la trasferencia de hasta 300 c.c. de grasa. Por encima de este volumen, el riesgo que la grasa injertada no sobreviva aumenta y se produzca una reabsorción en mayor o menor proporción con la consiguiente pérdida de volumen.

En el aumento de la región glútea, la liposucción de los flancos, zona trocantérea (pistolera) y espalda y trasferencia de la grasa aspirada proporciona un cambio espectacular del aspecto posterior de la figura.

En las mamas, además de conseguir un aumento de volumen, la transferencia de grasa puede ser útil para mejorar resultados y corregir algunas imperfecciones en el aumento mediante implantes de silicona.

En el campo del rejuvenecimiento y la estética facial en general, las inyecciones de acido hialurónico se han popularizado mucho como material de relleno para los labios, pómulos, mentón y surcos en general.

Esta técnica - usada prudentemente y con moderación – tiene indudables beneficios pero no está exenta de inconvenientes que la/el paciente debe conocer antes de someterse al procedimiento. Es la técnica preferida por los médicos estéticos ya que no precisa entrenamiento quirúrgico.

Sin embargo el ácido hialurónico, que el organismo no reconoce como propio, sufre un lento proceso de reabsorción y que lleva a su completa desaparición en el plazo de seis meses a un año con la consiguiente frustración de la paciente. Este hecho, aunque en algunas ocasiones este hecho pueda resultar deseable cuando se produce un uso inadecuado o la paciente no está segura de sus deseos, obliga repetir periódicamente las inyecciones, con las consiguientes molestias y gastos si quiere mantenerse un resultado óptimo.

En los últimos tiempos se ha reportado una complicación mucho más seria, aunque afortunadamente poco frecuente, no es nada despreciable y mucho más grave.

Se trata de una violenta reacción inflamatoria en las zonas inyectadas frente a un contagio por la COVID 19 y también frente a las vacunas contra la misma. En estos casos, requieren un intenso y prolongado tratamiento con corticoides y antiinflamatorios por vía sistémica, con los consabidos efectos secundarios.

La transferencia de grasa propia es por lo tanto una ALTERNATIVA TÉCNICA DE RELLENO MÁS SEGURA Y EFICIENTE a los rellenos con acido hialurónico.

La grasa propia trasferida, en la mayoría de casos, permanece en su lugar indefinidamente y - en el peor de los casos - se reabsorbe en un 30 % del volumen transferido con lo que con una segunda inyección, transcurrido tres meses de la primera, asegura un resultado permanente. Las células grasas trasplantadas están vivas y seguirán los avatares del resto de células adiposas del cuerpo.

El sistema inmunitario del organismo no crea anticuerpos contra sus propias células grasas por lo que no se van a producir reacciones inflamatorias de rechazo. La reabsorción parcial, en caso de producirse, es asintomática y sin reacciones inflamatorias aparentes.

Junto con las células grasas se inyectan un número variable de células madre con lo que se potencia el efecto de rejuvenecimiento de la piel, aumentando su tersura y luminosidad.

Otra ventaja de esta técnica quirúrgica es que la fuente de grasa es prácticamente inagotable ya que las cantidades que se precisan – aunque se traten muchas zonas de la cara- son realmente pequeñas.

La extracción de la grasa es realizada –bajo anestesia local- y mediante una micro-liposucción. La grasa obtenida, una vez convenientemente tratada por decantación, filtrado o centrifugación, es inyectada cuidadosamente en su nuevo destino con una microcánula, siendo conveniente una ligera sobrecorrección.

Es un procedimiento prácticamente indoloro, que se lleva a cabo en régimen ambulatorio y sin necesidad de ingreso en Clínica con lo que –en mi opinión- es el procedimiento más seguro y eficaz para aumentar volúmenes en el organismo.

La transferencia de grasa propia es un procedimiento de cirugía plástica y, por consiguiente, debe ser llevado a cabo por un especialista titulado.

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