Acumulación de líquidos después de una ginecomastia
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Ginecomastia es el término médico que se usa para definir el aumento del tamaño de los senos en los hombres. No es una enfermedad, sino que se produce por una proporción inadecuada entre las hormonas estrogénicas y las hormonas androgénicas. Esto hace que aumente el volumen del tejido graso y, por tanto, que los pechos se noten más.
Su incidencia es mucho más común de lo que puede parecer. Se calcula que hasta un 50% de los hombres sufren ginecomastia en mayor o menor medida, afectando a una o a las dos mamas. Aunque no es grave, es un problema que puede afectar mucho a la autoestima de quien lo sufre. Es normal que los hombres que padecen ginecomastia no quieran realizar actividades tan normales como ir a la playa o cambiarse de ropa en el gimnasio.
Dos alternativas de reducción para acabar con la ginecomastia
En función del tipo de ginecomastia que presente el paciente, se puede eliminar el tejido sobrante mediante dos técnicas. La menos invasiva es la liposucción, que se encarga de reducir el volumen de tejido graso que se ha acumulado en la zona de la mama.
Cuando lo que hay es un exceso de tejido glandular se debe recurrir a una escisión, una intervención más compleja que se lleva a cabo con anestesia general y que, además de reducir la piel sobrante, se encarga de hacer un reposicionamiento del pezón. En estos casos siempre queda una cicatriz alrededor de esta parte prominente del pecho, pero su tamaño depende de la cantidad de tejido que haya sido necesario eliminar. Tras la escisión es normal que aparezca hinchazón en la zona, así como diversos hematomas, pero tienden a desaparecer con el paso de los días. La recuperación total puede durar hasta seis semanas.
Es raro que se produzcan complicaciones en una operación de este tipo, pero puede llegar a ocurrir. Entre esas complicaciones, hay que destacar la pérdida de sensibilidad en el pezón, una asimetría mamaria y la acumulación de líquidos.
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Líquidos que se acumulan tras la ginecomastia
Lo normal es que, tras la escisión, el cuerpo vaya drenando aquello que no necesita, pero la acumulación de líquidos tras la ginecomastia se puede llegar a dar.
Si lo que se ha acumulado es sangre, estamos ante un hematoma que debe ser drenado lo antes posible. En estos casos, los pacientes deben detener de forma inmediata el consumo de alcohol y esteroides y permanecer en reposo total. Es más, lo habitual es tener que usar una prenda de compresión durante unos días después del drenaje.
La acumulación de sangre puede ser muy peligrosa, por lo que es imprescindible seguir las recomendaciones del médico. Lo que mejor funciona en estos casos es una total inactividad física del paciente, evitando así que más sangre se pueda acumular en la zona del pecho.
Otro de los líquidos que también tiene tendencia a acumularse es el agua. En estos casos, habría que hablar de un seroma, que se produce en la zona en la que se llevó a cabo la liposucción o por la que se abrió la piel para practicar la escisión. Se puede dar en uno solo de los pechos o en los dos a la vez. De hecho, la acumulación de agua es un efecto secundario bastante común en las operaciones de ginecomastia.
Si se acumula agua lo importante es que el paciente no haga nada por su cuenta y acuda a la consulta del médico para ver si es conveniente hacer un drenaje. Lo más normal es practicar una aspiración para drenar el agua; en algunos casos, se recomienda también el uso de prendas de compresión durante el período de recuperación.
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Recomendaciones básicas tras el posoperatorio
En condiciones normales, la recuperación tarda de cuatro a seis semanas, aunque los resultados definitivos no podrán observarse hasta pasados cinco o seis meses desde la operación, puesto que los tejidos tardarán todavía un tiempo en adaptarse a su nueva forma y volumen.
Si todo va bien el posoperatorio es rápido y sencillo. El ejercicio físico intenso está totalmente prohibido durante el primer mes, precisamente para evitar la acumulación de sangre en el pecho. Lo que sí puede hacer el paciente desde el día siguiente a la operación es salir a caminar, montar en bici estática, o incluso hacer abdominales o trabajar las piernas con poca carga. Con cualquier movimiento que realice, debe evitar ejercitar el músculo pectoral.
A partir del segundo día ya podrá asearse con normalidad. El paciente se podrá duchar, pero deberá evitar pasar demasiado tiempo debajo del agua y usar agua demasiado caliente.
Desde el día siguiente a la operación podrá conducir. Es más, podrá volver al trabajo en un plazo de cuatro o cinco días. No obstante, en función de cómo vaya la recuperación o del tipo de trabajo que desarrolle la persona operada, esa baja laboral puede llegar a ser más larga.
Una vez que el paciente se ha recuperado completamente y hace su vida normal, deberá prestar atención a las cicatrices y protegerlas del sol durante al menos un año para evitar que adquieran un tono que las haga más visibles. Esto no implica que no pueda tomar el sol, sino que debe hacerlo con precaución. Para ello, deberá aplicar un protector solar de calidad al menos 20 minutos antes de la exposición solar y volver a repetir la aplicación cada dos horas.
Siguiendo las indicaciones de los especialistas y aplicando unos buenos cuidados posoperatorios, lo normal es que la recuperación de la ginecomastia sea rápida y sin complicaciones. No obstante, si el paciente llega a notar algo anormal en su cuerpo o tiene fiebre, debe acudir de forma inmediata al médico. Por supuesto, deberá evitar siempre la automedicación, que, en este caso, puede llegar a ser extremadamente peligrosa.
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