El drenaje linfático mejora el postoperatorio de la liposucción
Los beneficios que se pueden obtener de un drenaje linfático son esplendidos, principalmente, cuando esta técnica se encuentra combinada con la liposucción, pues los resultados de ésta mejoran en gran medida. Además, el drenaje linfático aporta beneficios a la estética y a la salud. Por una parte se protege al organismo y por otra se ayudan a eliminar las toxinas y demás restos de grasa que aún se alojan en el cuerpo tras la liposucción.
La liposucción es una de las técnicas con mayores solicitudes, pues su propósito principal es que la persona pierda grasa, que hace que su figura se muestre desproporcionada. Este procedimiento, ofrece unos resultados efectivos y duraderos si se cuidan. Al ser un procedimiento complejo, se requieren de una mayor inversión de cuidados durante el postoperatorio.
Después de someterse a intervenciones quirúrgicas del tipo que sean, el paciente debe seguir al pie de la letra las recomendaciones hechas por los médicos para evitar problemas en el postoperatorio.
En el caso de las liposucciones o las abdominoplastias, una de las premisas básicas es llevar una faja compresiva durante un tiempo concreto –aproximadamente unas tres semanas- en la zona en la que se ha realizado la intervención. Esto ayudará a que los resultados sean de mayor calidad y prevalezca un menor índice de complicaciones. Así también, uno de los objetivos es reducir progresivamente la inflamación y favorecer la correcta recuperación muscular y de la piel. Y, precisamente para completar el trabajo que realiza este vendaje, cada vez son más los cirujanos que recomiendan un tratamiento de drenaje linfático manual (DLM).
¿Qué beneficios aporta?
Se trata de un masaje especial que puede empezar a recibirse entre 4 y 5 días después de la intervención para facilitar la evacuación del líquido linfático y, por tanto, evitar los edemas o hinchazones y posibles fibrosis o endurecimientos permanentes de la piel.
Es, además, una de las mejores fórmulas para evitar las molestias que pueden surgir tras la operación y la aparición de zonas amoratadas que, aunque no son graves y desaparecerán con el tiempo, pueden resultar algo dolorosas y por ende, incómodas para el paciente.
¿Cómo debe aplicarse?
No es un masaje profundo, se caracteriza por ser suave y ligero, así como un tratamiento en el que se aplican conocimientos sobre anatomía y funcionamiento del sistema linfático y, opcionalmente, algún dispositivo de ultrasonidos que mejore el resultado final.
En general, no es necesario realizar sesiones diarias –duran entre 30 y 40 minutos cada una- pero sí, al menos, en días alternos durante una semana para recibir entre 3 y 4 masajes durante el postoperatorio más reciente. Si el paciente se recupera de una abdominoplastia, conviene ampliar las sesiones de masaje de DLM hasta 10 ó 12, ya que suele tratarse de intervenciones en las que se extrae gran cantidad de grasa y existe mayor tendencia a la formación de edemas.
Si se aplica correctamente y en manos de profesionales cualificados, el drenaje linfático no tiene por qué presentar ningún tipo de efecto secundario, aunque hay que tener en cuenta que está contraindicado para pacientes con hipotensión, asma bronquial, infecciones graves, trombosis, flebitis o cualquier tipo de insuficiencia cardíaca.
Las ventajas tras un drenaje linfático
Como bien se sabe, el drenaje linfático hace gala de varios beneficios que aportan a la estética y salud de los pacientes. Este tratamiento logra destacar por su eficacia y resultados que brinda al organismo. A continuación, conocerás algunas de las ventajas que proporciona:
- Se incrementan los efectos de una liposucción; se elimina la grasa y aquellas sustancias que ya no necesita el cuerpo
- Adiós a otras afecciones estéticas: celulitis. Con el drenaje linfático también se elimina la flacidez.
- Por la manera en que se realiza el tratamiento, también se asegura relajar a pacientes que padecen estrés y ansiedad. Se produce un relajamiento muscular.
- Es un tratamiento indicado y diseñado para evitar problemas relacionados con la retención de líquidos. Así también para tratarlos en el caso de que ya existan.
- Se distingue por favorecer la circulación sanguínea y todos los derivados que se presentan al tener una mala función en ésta.
- El drenaje linfático también es un tratamiento que ayuda a prevenir de padecimientos ocasionados por bacterias, pues tiene una buena función con el sistema inmunitario. Es decir, el drenaje protege las defensas del organismo.
- En cuando a la calidad de la piel, es un buen aliado, ya que no habrá formación de arrugas, pues la técnica es capas de corregir éstas por su aporte a la elasticidad de la piel, por lo que este maravilloso órgano se mostrará más liso y firme.
- Tras una intervención quirúrgica (estética o del tipo que sea) se mejoran las condiciones de las cicatrices.
Algo más que sobre el drenaje linfático
Si bien, tras conocer los numerosos beneficios y su eficacia del drenaje linfático tras una liposucción o abdominoplastia (cirugía que permite disminuir el volumen del abdomen), también es una opción para tratar la celulitis o también conocida como piel de naranja. Por otra parte, si presentas pesadez en las piernas, ocasionadas por fuertes temperaturas, presentar embarazo, entre otras, el drenaje linfático es también una buena opción.
Para permitirte realizar este tipo de tratamiento, es importante que acudas con personal experto, así como a clínicas certificadas y especializadas. Por otra parte, si deseas obtener unos resultados verdaderamente favorecedores tanto en tu apariencia como en tu salud, si el drenaje linfático lo combinas con una buena dieta (plan alimenticio) y una excelente rutina de ejercicios, podrás disfrutar aun más de los beneficios.