¿Qué es la termoterapia?

¿Qué es la termoterapia?
Mònica Aubert

Licenciada en Periodismo y Máster en Relaciones públicas y Gabinetes de Comunicación. Me encanta escribir y comunicarme con los demás. Actualmente, redacto contenidos en Multiestetica.

Creación: 17 oct 2016 · Actualización: 8 sept 2022
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A todo/as nos gusta lucir nuestro mejor aspecto, pero el paso del tiempo y el ritmo de vida actual hacen que nuestra silueta no siempre sea la que a nosotros nos gustaría. No obstante, cambiando algunos de nuestros hábitos y usando las técnicas de estética más avanzadas podemos conseguir el cuerpo que queremos.

¿Qué es la termoterapia?

La termoterapia es un tratamiento que consiste en la aplicación de calor con fines terapéuticos. Normalmente era aplicado en el ámbito de la fisioterapia como método para tratar dolores musculares, contracturas e inflamaciones, pero su uso se ha extendido a la medicina estética para reducir la grasa localizada, la celulitis y el sobrepeso.

Las ventajas de la termoterapia son varias: mejora la circulación gracias a la vasodilatación que produce la terapia; aumenta la sudoración, lo que ayuda a perder peso; aumenta las defensas del organismo; beneficia la oxigenación de las células; reduce la inflamación de varices y demás problemas vasculares; actúa como un analgésico para calmar el dolor en personas con afecciones musculares o del sistema nervioso; relaja las fibras musculares; mejora la apariencia de los tejidos afectados por quemaduras, y favorece el drenaje linfático.

¿Para qué sirve la termoterapia en medicina estética?

Como hemos comentado, la termoterapia es muy beneficiosa. Aplicada a la medicina estética, ayuda a eliminar los depósitos de grasa, mejora la apariencia de la celulitis y estimula la reducción de peso, siendo, por tanto, un tratamiento eficaz para la obesidad.

La aplicación de calor en el cuerpo estimula el catabolismo de las grasas, es decir, la conversión de las moléculas grandes y complejas procedentes de los alimentos o de nuestro propio cuerpo en otras más simples y pequeñas para conseguir energía. Por ello, la termoterapia es un interesante aliado para perder peso.

Además, la sudoración que se produce durante el tratamiento y los efectos diuréticos de la termoterapia benefician la eliminación de toxinas, reduciendo los problemas de retención de líquido e hinchazón que presentan muchos pacientes. La evaporación del agua favorece la pérdida calórica, lo que contribuye a la reducción de peso y de volumen corporal.

Pero no solo puede emplearse para bajar de peso en pacientes con obesidad. La sudoración y el catabolismo de las grasas también acaba con la adiposidad localizada en aquellas personas que, aun estando delgadas, cuentan con acumulaciones de grasa localizada en zonas como las cartucheras, el abdomen o los muslos.

Por otro lado, como mejora la circulación, reduce la celulitis y favorece la eliminación de líquido en áreas como el abdomen, los glúteos y los muslos.

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¿Cómo actúa la termoterapia?

La termoterapia debe realizarla un especialista médico cualificado, ya que será este el que determine el calor necesario para cada paciente en función del caso a tratar. En el supuesto de que se quiera emplear como tratamiento para la obesidad, es necesario que el calor aplicado sea capaz de penetrar hasta el panículo adiposo, que es la capa más profunda de la piel, la hipodermis, lugar donde se acumulan las células de grasa. Además, este calor debe aplicarse de manera generalizada y no localizada, para que los efectos de la termoterapia sean efectivos.

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En el caso de que se traten casos de celulitis o depósitos de grasa localizada, el uso del calor se hará de manera local. Para conseguir reducir y mejorar la apariencia de la celulitis, el médico tendrá que aplicar calor que sea capaz de llegar también hasta la hipodermis, pero centrará ese calor únicamente en el área a tratar, ya sean las cartucheras, el abdomen o los muslos.

En función del tipo de calor que empleemos y del método de aplicación del mismo, el tiempo del tratamiento de termoterapia puede variar, aunque por norma general, la mayoría de las sesiones duran entre diez y treinta minutos.

¿Adelgazar con termoterapia?

La termoterapia para adelgazar nos ayuda a reducir el contorno corporal, pero a la vez el calor ayuda a mejorar la circulación de la sangre y hace que nos relajemos, por lo que un tratamiento con termoterapia tiene múltiples efectos beneficiosos.

La termoterapia aplicada a nivel estético ayuda a eliminar las acumulaciones de adiposidades localizadas en la zona del abdomen, los brazos, las piernas y las caderas. Cuando nuestro cuerpo experimenta calor sufre un mayor gasto energético, lo que produce una pérdida de peso.

Las sesiones de termoterapia tienen una duración aproximada de unos 30 minutos y consisten en la aplicación de bandas térmicas difusoras que se aplican sobre las zonas a tratar. Estas bandas emiten radiación infrarroja de onda larga, haciendo que el calor llegue hasta el tejido adiposo, estimulando la eliminación de la grasa de forma natural.

Una de las grandes ventajas de este tratamiento es que es totalmente indoloro y no es nada invasivo, además sus efectos se notan rápidamente y se mantienen en el tiempo.

Al aplicar calor sobre el cuerpo estimulamos el metabolismo basal y esa estimulación se prolonga hasta pasadas 48 horas desde el tratamiento, por lo que los resultados conseguidos son más de los que se pueden ver a simple vista una vez terminado el tratamiento.

Al tratarse de una técnica que no es invasiva se pueden retomar las actividades rutinarias nada más concluir el tratamiento.

La termoterapia es un tratamiento muy efectivo cuando se trata de adelgazar, pero como es habitual debe combinarse con una dieta sana e incluso con otros tratamientos como la mesoterapia.

Técnicas que emplea la termoterapia en medicina estética

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Existen distintos métodos para aplicar calor en función de la forma en que este se aplique: sólida, semilíquida o gaseosa. Su elección viene determinada por la especificidad del caso a tratar y por la preferencia del médico, que puede optar también por una u otra técnica según sus gustos.

Las técnicas que emplean el calor en su forma sólida son varias. Las más comunes son las mantas eléctricas, los sacos, los hot-packs, etc. Estos métodos de calor se pueden emplear de manera generalizada, pero sobre todo están indicados para el tratamiento local. Algunos se pueden usar en la comodidad del hogar, ya que su empleo es muy fácil. En cualquier caso, antes de su uso, siempre es recomendable consultar con el médico su empleo. Él nos asesorará sobre las mejores opciones en cada caso, así como el tiempo de uso y las contraindicaciones y riesgos del mismo.

Por su parte, la aplicación de calor en su forma semilíquida incluye el empleo de yodo, parafina, arcilla, lodos, fangos, algas, etc., y está especialmente destinada al cuidado y la oxigenación de la dermis. Estos métodos pueden hacer uso de compresas, baños, cataplasmas, etc. y sirven tanto para uso local como generalizado.

Dichos métodos son perfectos para tratar la celulitis, recuperar la hidratación de la piel, oxigenar la dermis y tratar problemas musculares, articulares o reumatoides. Asimismo, ayudan en la regulación de las glándulas sebáceas, cuya actividad está detrás de los casos de psoriasis, dermatitis seborreica, acné…

De este modo, la termoterapia aplicada en forma semilíquida es muy beneficiosa para suavizar la piel, mejorar la apariencia de la celulitis y reducir el exceso de grasa cutánea. Suele aplicarse a una temperatura comprendida entre 40 °C y 45 °C, lo que favorece la sudoración, y ello se traduce en una pérdida de volumen.

Por último, el calor también puede aplicarse en forma gaseosa por medio de tratamientos consistentes en baños de vapor, como el que se produce en las saunas, por ejemplo.

Contraindicaciones y riesgos de la termoterapia

A pesar de ser un tratamiento bastante seguro, sin apenas efectos secundarios, no está exento de riesgo. La aplicación de calor debe hacerse de manera controlada por parte de un profesional médico especializado para evitar que se produzca una bajada de tensión o mareo.

Con respecto a las contraindicaciones, debemos mencionar que el médico deberá valorar el uso del tratamiento en personas con hipotensión, enfermedades renales, coronarias o respiratorias, glaucomas o neoplasias. En todos estos casos será el especialista el que decida si la termoterapia es adecuada al paciente y establecerá un tratamiento alternativo.

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