¿Qué necesito saber antes de someterme a una blefaroplastia?
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La blefaroplastia es una intervención de cirugía estética muy demandada que se realiza para rejuvenecer la mirada, acabar con las ojeras y bolsas que nos dan ese aspecto cansado y tensar la piel caída de los párpados. Solo el año pasado, más de 200.000 personas se sometieron a esta intervención.
Qué duda cabe de que antes de pasar por quirófano nos tenemos que informar sobre el tratamiento en cuestión, sus efectos secundarios, los riesgos que conlleva la operación, cómo será la recuperación y, sobre todo, los resultados reales de dicho tratamiento.
¿Para qué sirve la blefaroplastia?
La cirugía de párpados o de levantamiento de párpados, que es como también se conoce a esta intervención, es un tratamiento quirúrgico que busca levantar los párpados caídos y retirar el exceso de grasa y piel de esta zona. Como consecuencia de esta operación, se actúa sobre aquellos párpados superiores que, debido a la edad, se muestran caídos y se eliminan las bolsas y las ojeras de los párpados inferiores.
Para someterse a una blefaroplastia no vale cualquier médico; es necesario que el cirujano sea un profesional especializado en cirugía estética o plástica y oftalmológica. De este modo, es importante que solo recurramos a profesionales acreditados en la realización de esta operación quirúrgica.
¿Y para qué no sirve la blefaroplastia?
En algunas ocasiones nos llegan consultas de usuarios preguntando si esta operación eliminará las temidas patas de gallo o las arrugas que presentamos en la zona superciliar, esto es, algunas marcas que pueden aparecer en la frente, justo encima de las cejas, o las del entrecejo. La respuesta a estas preguntas siempre es la misma: la cirugía de los párpados rejuvenece la mirada porque acaba con esa mirada cansada que aportan las ojeras y las bolsas de los ojos, pero, sobre todo, porque levanta los párpados superiores, solucionando el problema de los párpados caídos, que nos da una apariencia envejecida. Pero no porque elimine las arrugas de la zona próxima a los ojos, puesto que no tensa la piel para borrar las patas de gallo, ni la del entrecejo, ni tampoco la de la frente.
Otra cosa es que la blefaroplastia se combine con otra cirugía estética que sí persiga un estiramiento facial o un efecto de ojos almendrados en estas áreas del rostro, un lifting, por ejemplo. Entonces sí, porque esta operación sí sirve para tensar la piel y alisar esas arrugas que la edad ha dejado en nuestra cara. Pero la blefaroplastia por sí sola no sirve para eliminar arrugas; solo levanta los párpados y elimina la grasa de los ojos, es decir, las bolsas que aparecen en su parte inferior.
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¿Qué examinará el cirujano antes de realizar una cirugía de los párpados?
En la consulta del cirujano, este examinará a conciencia al paciente para valorar si es apto para someterse a una intervención de cirugía estética. Además de los correspondientes análisis y de la revisión de su historia clínica, el médico prestará atención a otra serie de cuestiones igual de importantes para el desarrollo de la blefaroplastia, a saber:
- Que el paciente no tiene blefaroptosis o ptosis palpebral. Es una situación más normal de lo que se piensa y puede ser total o parcial, en función de si esta caída entorpece la visión o no del ojo, y su origen puede ser congénito o adquirido. Las personas que la sufren muestran una caída anormal del párpado superior como consecuencia de un daño en el músculo del párpado (desinserción de la aponeurosis del músculo elevador del párpado). La solución de este problema pasa por una intervención quirúrgica para conseguir la aponeurosis de este músculo o para acortarlo, según se deba a causas naturales (el paso de los años) o sea un problema congénito.
- Que el tono del párpado del paciente sea capaz de soportar la blefaroplastia y mostrar una apariencia natural. Si el párpado carece de rigidez o está demasiado flácido, la operación puede ocasionar que se retire o se retraiga de manera anómala, lo que, sin duda, complicaría los resultados finales de la cirugía de los párpados.
- Que el paciente no padezca exoftalmia. Es decir, que no tenga los globos oculares prominentes (exoftalmos), lo que conocemos como ojos saltones. Si la posición del globo no es la correcta será necesario operar para corregirla.
- Que el lagrimal del paciente no sea prominente. Es una consecuencia de la edad. A la hora de intervenir en los párpados el cirujano evaluará si es necesario actuar sobre la pérdida de volumen del canal de lágrimas para potenciar el efecto rejuvenecedor de la blefaroplastia.
¿Qué otras alternativas hay a la blefaroplastia?
Todo dependerá de cómo tengamos el párpado de caído y de las complicaciones que podamos tener para llevar a cabo la operación. Hay ocasiones en las que únicamente se persigue tensar ligeramente la piel del párpado superior o del inferior para rejuvenecer la mirada. Es estos casos, se puede recurrir a otras actuaciones no quirúrgicas, como la blefaroplastia sin cirugía, por ejemplo, que se realiza con láser. Es una intervención mínimamente invasiva que apenas deja cicatrices y que también levanta los párpados y acaba con las bolsas en los ojos.
¿Qué otros aspectos debo tener en cuenta?
Por último, tenemos que ser conscientes de los resultados que conseguiremos, de los riesgos que toda operación conlleva y de las contraindicaciones. Estas últimas se determinarán según los resultados de los análisis y del historial clínico del paciente. Hay enfermedades que son incompatibles con una cirugía de levantamiento de párpados, así como también es incompatible amamantar o estar embarazada.
Respecto a los riesgos, hay que tener presente que se interviene sobre una zona muy delicada, por lo cual pueden surgir complicaciones que debemos conocer, como problemas de cicatrización, hemorragias, dificultad para cerrar completamente los ojos, la aparición de infección y de hematomas, etc.
Finalmente, es importante que conozcamos cuáles son los resultados reales de la operación y si realmente queremos someternos a esta cirugía, es decir, si esta operación es la adecuada para solucionar el problema que tenemos en los párpados. Y es aquí donde la profesionalidad del cirujano es vital, pues este nos asesorará sobre el mejor tratamiento para nosotros.
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