Aumento de pómulos: ¿cirugía o tratamientos alternativos?
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El aumento del volumen de los pómulos es un tratamiento estético muy solicitado actualmente. La justa proyección de la región malar permite que el rostro se muestre más armonioso, lo cual es considerado signo de belleza en nuestros tiempos.
Cuando esta zona es plena y está bien marcada dibuja una fascinante expresión «agresiva», pero no solo eso: unos pómulos firmes y con un volumen adecuado sostienen eficazmente la parte inferior de la cara, manteniendo más definido y joven el perfil, un efecto deseable sobre todo en aquellos tejidos que, a causa de la edad, han cedido y que configuran una cara plana o incluso esquelética.
Cada persona busca solucionar un problema específico y personalizado y desea unos resultados concretos. Por ello, en este artículo queremos exponer cuáles son los tratamientos que aconsejan los cirujanos especializados en aumento de pómulos para contrarrestar las huellas que el paso del tiempo deja en el rostro.
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Malarplastia para las mejillas hundidas
El paso de los años no perdona. La piel deja de fabricar elastina y colágeno, lo que contribuye a que pierda la elasticidad e hidratación necesarias para su correcta sujeción. Además, se vuelve más fina y delgada, el tejido subcutáneo se atrofia y, como consecuencia, las mejillas pierden volumen, mostrándose hundidas y vacías.
A causa de ello, mostramos una apariencia demacrada, poco atractiva, sin armonía. En algunos casos, la escasa proyección de la región malar es una característica innata del paciente; en otros incluso, se debe a una asimetría que este desea corregir.
¿Cuál es la solución que recomiendan los médicos? La mayoría de los especialistas de cirugía estética aconsejan realizar una intervención quirúrgica de remodelación de la zona de los pómulos con la inserción de prótesis de silicona. Esta operación se conoce como malarplastia y es un tratamiento técnicamente sencillo. Se realiza con anestesia local y conlleva una recuperación muy corta. La ventaja más destacada de esta intervención es que permite crear o recuperar el volumen y la firmeza de los pómulos de manera definitiva.
A menudo, los pacientes que optan por la solución quirúrgica desean armonizar de nuevo los rasgos de la cara completa. Por ello, en muchos casos la m,alarplastia se combina con otras intervenciones, como una blefaroplastia, una mentoplastia o una rinoplastia, algunas de las cuales suelen aprovechar los mismos accesos para la introducción de la prótesis. De este modo, es posible optimizar el tiempo de recuperación y conseguir un resultado excepcional.
Una solución menos invasiva: el lipofilling
Una alternativa muy interesante a la malarplastia con prótesis de silicona la constituye el lipofilling, que consiste en microinyecciones de grasa autóloga (aspiradas previamente con cánulas muy delgadas) en las mejillas y la zona de los pómulos. Este tratamiento asegura unos óptimos resultados gracias a las actuales técnicas de recogida, tratamiento e infiltración del tejido adiposo.
El lipofilling es un tratamiento mínimamente invasivo, que tiene en el paciente un impacto ligeramente superior al aumento de los pómulos; se realiza en la propia consulta del médico con relleno natural autólogo y puede considerarse una solución intermedia entre los rellenos inyectables y la malarplastia, que emplea prótesis de silicona.
La aplicación de relleno autólogo permite el aumento temporal de los pómulos y confiere un resultado óptimo durante uno o dos años, un periodo no demasiado breve para obligar al paciente a continuar con los retoques, pero suficiente para permitir evaluar con calma los pros y los contras de la nueva fisionomía.
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Aumento de pómulos con rellenos inyectables
Finalmente, existe una solución temporal para dotar de volumen a las mejillas hundidas y acabar con el aspecto demacrado que muestra la cara con el aumento de los años. Nos referimos a los rellenos inyectables, que pueden ser biodegradables o no biodegradables en función de si son absorbidos o no por nuestro cuerpo con el paso del tiempo. Entre los rellenos biodegradables, que son los más empleados, podemos encontrar el ácido hialurónico, la policaprolactona o hidroxiapatita (el más usado para este tratamiento).
A veces, son los médicos los que recomiendan a los pacientes recurrir al uso de rellenos reabsorbibles y, de manera eventual, optar, en un segundo momento, por una intervención definitiva, como la malarplastia o el lipofilling, una vez vistos los resultados y que estos responden a sus expectativas. Por eso, la ventaja más destacada de los rellenos biodegradables es que sus resultados desaparecen con el paso del tiempo de manera gradual, por lo que no son definitivos. Si el paciente no está contento con ellos, solo debe dejar pasar los meses para poder elegir el tratamiento más adecuado a sus necesidades. De ahí que sean la mejor opción para rellenar las mejillas y aumentar los pómulos si no se está muy seguro de los efectos que se desean.
El tiempo que dura el tratamiento es muy corto, apenas 20 minutos, y se realiza de manera ambulatoria; solo requiere del empleo de anestesia local, lo que permite que el paciente recupere su rutina con normalidad tras la consulta.
Los rellenos inyectables permiten acentuar las mejillas, aportando juventud y armonía al rostro. Hacen posible dibujar el contorno de la cara mostrando unas líneas más claras, definidas y bellas.
En algunas ocasiones, tras el tratamiento de aumento de pómulos con rellenos inyectables el cirujano puede aconsejar tensar la piel con el objetivo de que esta se muestre más tersa e hidratada. Por ello, podrá recomendar realizar otros tratamientos complementarios, como una mesoterapia facial con inyección de vitaminas, que permite multiplicar los efectos de los rellenos en la zona de las mejillas.
De manera general, y con independencia del tipo de tratamiento que hayamos escogido para el aumento de pómulos, los distintos métodos comentados aseguran unos resultados óptimos y comportan mínimas molestias. Además, con estos rellenos se evita recurrir a soluciones definitivas que pueden desplazarse con el paso del tiempo o dar lugar a procesos inflamatorios crónicos.
Por todo lo anterior, para mejorar el contorno de la cara y recuperar el volumen ideal, los expertos en cirugía y medicina estética recomiendan elegir siempre la solución más segura y garantizada, recurriendo, como no, a profesionales serios, experimentados y especializados en estos tratamientos faciales.
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