Mentoplastia ¿En qué consiste?
El mentón juega un papel fundamental en la estética facial. Es un punto de referencia que rompe la transición entre la cara y el cuello. Quizás por esta razón, la cirugía de mentoplastia es un procedimiento que está ganando una gran popularidad, ya que de manera sencilla y segura consigue modificar la forma o el tamaño del mentón, aportando armonía y naturalidad.
Los pacientes suelen acudir a consulta de Mentoplastia por razones estéticas. Es muy común que relaten que no les gusta salir en las fotos de perfil o que no sienten que su mandíbula esté en armonía con el resto de su cara. Otras veces, cuentan que notan que la falta de soporte de su mandíbula es la culpable del descolgamiento de la piel del cuello.
Antes de indicar una mentoplastia, el cirujano llevará a cabo un análisis facial completo del paciente. Tomará fotografías y, si es necesario, escáneres en 3D. El cirujano estudiará las características y las proporciones del rostro para determinar cuál es la situación y cuál es el procedimiento más adecuado. Las posibles alternativas a tomar serán discutidas con el paciente, y se podrán realizar simulaciones virtuales buscando la adecuada comunicación entre paciente y médico.
Una vez se haya expuesto este estudio facial y se hayan entendido los objetivos y las expectativas, se establecerá un plan quirúrgico. La mentoplastia busca la armonización de la parte inferior de la cara con el resto de las estructuras faciales, por lo tanto, dependiendo del caso, estarán indicados distintos tipos de movimientos:
- Mentoplastia de Avance: adelanta la posición de la barbilla. Es probablemente el tipo de mentoplastia más realizado. Está indicada en casos de mandíbula pequeña, poco proyectada. Suele ser el caso de pacientes jóvenes con papada. Frecuentemente son roncadores.
- Mentoplastia de retroceso: mueve la barbilla hacia atrás.
- Movimientos laterales: en ocasiones, el eje de la mandíbula no coincide con el eje facial. Muchos pacientes deciden camuflar estéticamente esta asimetría mediante una mentoplastia.
- Cambios verticales. En casos tanto de cara larga como de cara corta. En estos pacientes se aprecia una longitud disarmónica y desproporcionada del tercio inferior facial, bien por exceso o por deficiencia.
Pero, ¿Cómo se realiza una mentoplastia? Existen distintos tipos de mentoplastia:
- Mentoplastia de deslizamiento óseo. Mediante un abordaje intraoral y sin cicatrices externas, se accede al hueso del mentón para que el cirujano realice las maniobras necesarias. No se modifica la mordida del paciente. En muchos casos, es la que ofrece mayor predictibilidad y mejores resultados a largo plazo.
- Mentoplastia mediante prótesis. Existen distintos tipos de material para las prótesis de mentón, entre ellos se encuentran la Silicona y el Polietileno poroso. Las prótesis pueden ser diseñadas a medida y fijadas en la posición deseada.
- Reducción de mentón mediante remodelado óseo. En casos seleccionados tiene unos resultados muy buenos y una baja morbilidad.
- Mentoplastia “líquida”: mediante este procedimiento de medicina estética es posible rellenar y dar forma la zona de la mandíbula y el mentón con sustancias re-absorbibles, como la hidroxiapatita de calcio o el ácido hialurónico. Se infiltran con inyecciones, no es necesario el uso de quirófano y se pueden hacer en la misma consulta.
Esta cirugía puede ser realizada bajo anestesia general o bajo anestesia local y sedación. El tipo de anestesia dependerá de la dificultad del procedimiento en sí y de la manera de trabajar del equipo quirúrgico cuidando siempre, la seguridad del paciente. Este suele ser un procedimiento ambulatorio, es decir, el paciente podrá volver a casa ese mismo día y a sus actividades diarias rápidamente. La evolución de la técnica ha conseguido que sea considerado un procedimiento mínimamente invasivo y que la recuperación sea cada vez más cómoda y llevadera.
La mentoplastia a menudo se combina con otras cirugías de Plástica Facial, buscando sinergias y complementariedad. La suma de procedimientos es un arma muy potente para la consecución de resultados naturales y estables. Por ejemplo, la mentoplastia frecuentemente se combina con la liposucción de la grasa de la papada o con la cirugía de bichectomía. De esa forma se consigue una mejor marcación y proyección del contorno de la mandibula y también logra proporcionar una apariencia más fina y delgada del contorno facial y cervical. Ningún paciente es igual a otro, por lo que es preciso personalizar cada caso. La comunicación en la consulta preoperatoria y el ambiente de confianza y complicidad son clave para la identificación de los rasgos que se desean mejorar.