Lipotransferencia de glúteos: qué es y cómo es el posoperatorio
La lipotransferencia es un tratamiento médico estético que combina la remodelación y el aumento de volumen de los glúteos. Es una intervención sencilla que ofrece unos resultados muy atractivos. De cómo es el tratamiento y de su posoperatorio te hablaremos en este artículo.
Definir el contorno, adelgazar, realzar y aumentar su volumen. Muchas personas no están a gusto con sus glúteos. Para ellas, la lipotransferencia es la solución perfecta, puesto que presenta muchas ventajas: es una intervención con carácter ambulatorio con una duración relativamente corta (normalmente, menos de 2 horas), los resultados son permanentes y no hay riesgo de reacción alérgica ni de rechazo, ya que la grasa que suele emplearse suele ser autóloga, es decir, procede del propio paciente.
¿En qué consiste la lipotransferencia glútea?
Como hemos apuntado, la lipotransferencia consigue realzar y aumentar el volumen de los glúteos, dejando unas nalgas firmes y atractivas. Para ello, combina dos tratamientos en uno: una liposucción de grasa y un aumento de glúteos. Con ello, se elimina el exceso de grasa en la zona y, a su vez, se elevan las nalgas mediante la inyección de esa grasa en aquella zona donde la necesita.
La operación es sencilla y relativamente rápida. Lo primero que el cirujano realiza es la liposucción de la zona con grasa sobrante. Por medio de pequeñas incisiones, el cirujano extrae la grasa de la paciente, la cual es licuada, centrifugada y convenientemente tratada siguiendo el protocolo establecido por el SETGRA (Sociedad Española de Trasplante de Grasa) para inyectarla de nuevo en los glúteos del paciente. Esa comprende ya la segunda parte de la intervención.
La inyección de grasa permite aumentar el volumen y subir su perfil. Las incisiones se realizan en zonas estratégicas, por lo que las cicatrices de las incisiones apenas son visibles a simple vista.
La operación se realiza con anestesia local y también se emplea sedación. Es ambulatoria y no requiere el ingreso del paciente en el centro hospitalario. La relativa rapidez y sencillez del tratamiento son el mejor ejemplo de que el posoperatorio no suele ser complicado ni doloroso.
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Cuidados especiales durante el posoperatorio
La lipotransferencia glútea no reviste ingreso hospitalario, así que el paciente abandona la clínica a las pocas horas de la intervención. Es normal que aparezcan hematomas en la zona tratada, sobre todo en el área donde se han inyectado o extraído la grasa. También es completamente normal que, pasadas unas horas desde la lipotransferencia, note molestias en la zona de las nalgas, similares a las ocasionadas cuando se tienen agujetas a causa de hacer demasiado ejercicio físico. Por último, también es normal que los glúteos se hinchen y muestren una apariencia inflamada. Estos efectos secundarios de la propia intervención se pasan al cabo de varios días.
A la finalización de la operación el cirujano habrá colocado una faja elástica para favorecer la recuperación del paciente, así como para evitar que se produzca cualquier efecto adverso durante el posoperatorio. Dicha faja deberá llevarla durante 15-20 días.
Tras la intervención quirúrgica el paciente tendrá que guardar reposo varios días, que dependerán del historial de cada paciente y de la propia evolución durante el posoperatorio. Durante todo ese tiempo no podrá realizar movimientos bruscos ni ejercicio físico. Tampoco se aconseja conducir.
Del mismo modo, el paciente no podrá hacer dieta, ya que ello hará que disminuya el volumen de la paciente y, con ello, se reducirán los efectos conseguidos con la lipotrasnferencia. Es decir, el aumento de volumen y el realzamiento de los glúteos disminuirán, por lo que el paciente no logrará ver los resultados ansiados, al menos no de la manera satisfactoria que desea.
Por último, el médico recomendará al paciente que realice tratamientos estéticos que favorezcan la recuperación a la par que sean beneficiosos para hacer visibles los resultados. De este modo, tratamientos como el drenaje linfático ayudarán a tensar la piel y contribuirán a que la recuperación sea más rápida.
Los resultados pueden verse después de varias semanas, pero no serán completos hasta que haya pasado casi un año. Debemos tener presente que la grasa inyectada tarda más o menos ese tiempo en ser reabsorbida por el propio cuerpo. De este modo, hasta el año no se sabrá cuál es la grasa inyectada que finalmente se queda de manera permanente en los glúteos del paciente.
¿Puedo hacerme una lipotransferencia de glúteos?
La intervención de lipotransferencia es una operación fácil y sin apenas riesgos para la salud, pues, como ya hemos afirmado, la grasa pertenece al propio paciente, por lo que riesgos como el rechazo o la reacción alérgica no se producen.
A pesar de ello, no todas las personas pueden someterse a una operación de este tipo. Está contraindicada en el caso de mujeres embarazadas o que estén amamantando, pero también en pacientes con problemas de sobrepeso, así como en aquellas otras que padezcan enfermedades asociadas a estas dolencias, como diabetes, hipertensión arterial, colesterol, patologías cardiovasculares, etc.
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Finalmente, tampoco es recomendable en personas con enfermedades sistémicas o autoinmunes. Aquellos pacientes que no tengan unos hábitos de vida saludable, es decir, que fumen o beban alcohol, tendrán que ser evaluados de manera personalizada para que el cirujano dictamine si es posible o no realizar la operación.
La lipotransferencia glútea es una intervención sencilla y que no conlleva complicaciones en la mayoría de los casos. Para que esto realmente sea así, el paciente debe acudir siempre a profesionales especializados, médicos-cirujanos con amplia experiencia en la extracción y el tratamiento excepcional de la grasa autóloga, así como en la posterior inyección. Como hemos apuntado, la grasa extraída debe ser desinfectada y tratada de manera especial, por lo que igualmente tendrá que contar con los medios técnicos para que no se produzca ningún problema durante el proceso de liposucción y de centrifugado de la grasa, ni durante el momento de inyección de la misma.
Y lo mismo sucede en el caso de los masajes linfáticos. Tienen que ser realizados por profesionales formados con amplios conocimientos sobre el sistema linfático, ya que, si no, puede provocar dolor y molestias en el paciente, además de complicar el proceso de recuperación.
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