Estrés, contaminación y dieta: cómo influyen en tu piel
Ya para nadie es un secreto que la salud de nuestra piel es un reflejo de nuestro bienestar general, y está influenciada por una serie de factores internos y externos, incluyendo la dieta, la contaminación medioambiental y el estrés.
Sin embargo, no es tan fácil acceder a información realmente verificada para prevenir estos problemas, información que (como la que hemos recopilado en este artículo) pueda ayudarte de forma fácil pero efectiva en el cuidado de tu piel.
Factores en la salud de la piel y el envejecimiento
La salud y el envejecimiento de la piel se ven afectados de dos maneras: intrínseca y extrínsecamente. Los factores intrínsecos son genéticos y desempeñan un papel en el proceso de envejecimiento. Sin embargo, los factores extrínsecos, que están bajo nuestro control, pueden acelerar el envejecimiento y afectar negativamente la salud de la piel. Entre estos últimos se incluyen siete factores realmente importantes: el tabaquismo, la dieta, la contaminación del aire, el alcohol, las drogas, el estrés, el sueño insuficiente y la radiación ultravioleta (UV). Estos factores pueden desencadenar la formación de radicales libres en la piel, lo que conduce a daños, inflamación y envejecimiento prematuro.
Para mantener la piel saludable y resistente a estos radicales es fundamental cuidar de tu bienestar general, que es la forma de resumir en una sola idea esos 7 factores que antes hemos mencionado. Estos son algunos consejos importantes:
- Duerme lo suficiente, ya que el sueño es esencial para la regeneración de la piel y la reparación de los daños causados por la polución y la falta de nutrientes. Es decir: asegúrate de dormir lo suficiente para permitir que tu piel se recupere de las agresiones diarias.
- Adopta una dieta equilibrada, que es la única capaz de mantener la salud de tu piel, rica en alimentos antiinflamatorios como frutas y verduras ricas en vitamina B, magnesio y ácidos grasos esenciales. Estos nutrientes ayudarán a reducir la inflamación y mantener la piel en su mejor estado.
- Evita alimentos procesados, porque no sólo la nutrición sino también la polución puede causar inflamación en la piel. Evita los alimentos procesados que son ricos en azúcar y sal, ya que pueden agravar los problemas cutáneos y contribuir a un aspecto apagado.
- Sigue una rutina de cuidado específica y personalizada para tu piel; esto incluye limpieza, hidratación, protección solar y el uso de productos que contengan antioxidantes y nutrientes esenciales para la piel.
- Consulta a un profesional si experimentas problemas graves de la piel como erupciones, sequedad extrema o enrojecimiento, consulta a un dermatólogo. Este especialista puede ayudarte a identificar las causas y proporcionar un tratamiento adecuado que aborde los efectos de la nutrición, el estrés y la polución en tu piel.
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La nutrición, la base la salud de la piel
Además de que una buena nutrición desempeña un papel importante en la salud de la piel, existen ciertos grupos de alimentos que ofrecen beneficios específicos, y pueden ser tu arma secreta para mejorar el aspecto de la piel de tu cuerpo y rostro:
- La Vitamina A, también conocida como retinol, reduce la descomposición del colágeno, desvanece las manchas oscuras y aumenta la renovación celular. Se encuentra en alimentos como hígado, carne, huevos, vegetales de hojas verdes, zanahorias y otros.
- Los Polifenoles, que son micronutrientes antiinflamatorios y ricos en antioxidantes, y por tanto protegen la piel del daño solar y otras agresiones. Se encuentran en vegetales, té, café y vino tinto.
- La Vitamina D, un antioxidante esencial para tratar la piel seca, el eczema y la psoriasis, y reducir los cambios en la piel asociados con la edad. Puedes obtener vitamina D de alimentos como pescado graso, huevos y champiñones.
- El gran antioxidante, la Vitamina C, fundamental para la salud de la piel y además presente en una amplia variedad de alimentos, como frutas (arándanos, moras, fresas, naranjas), verduras (espinaca, col rizada, pimientos), nueces, semillas y granos enteros. Por ejemplo, la vitamina C es un antioxidante excepcional que tiene la capacidad de revertir el tiempo, tratando las líneas finas y las arrugas al estimular la producción de colágeno y proteger contra los daños solares. Los antioxidantes como la Vitamina C y D desempeñan un papel absolutamente crucial en la protección de la piel contra los radicales libres. Ayudan a reducir y neutralizar estos dañinos agentes, previniendo el daño a los órganos, células y la piel.
Además es importante evitar alimentos que provoquen picos de insulina, como frutas deshidratadas y piña, ya que estos picos de glucosa pueden acelerar el proceso de envejecimiento.
¿Y qué hay de los suplementos de la dieta? Los suplementos nutricionales pueden proporcionar nutrientes adicionales que a menudo no se obtienen en cantidades suficientes a través de la alimentación. La calidad de los alimentos ha cambiado con el tiempo, y la absorción de nutrientes varía de persona a persona. Por lo tanto, los suplementos pueden ser beneficiosos para garantizar una ingesta adecuada de nutrientes.
¿Y sobre el estrés?
Si la base es la alimentación, inmediatamente después viene tu estilo de vida, especialmente tu gestión del estrés y del sueño, así que el enfoque debe ser integral. Y es que el estrés puede afectar la piel de formas sorprendentes: cuando el cuerpo enfrenta estrés, se desencadenan respuestas químicas que pueden hacer que la piel sea más reactiva y dificultar la recuperación de problemas cutáneos. El estrés también puede contribuir a afecciones como:
- Erupciones cutáneas por estrés (o urticaria de estrés). Cuando estamos estresados, el cuerpo produce histamina, también conocida como la "sustancia alérgica", esto puede provocar la aparición de erupciones cutáneas, conocidas como urticaria de estrés. Estas lesiones a menudo son elevadas y pueden picar o arder. Afortunadamente, las erupciones por estrés tienden a desaparecer por sí solas. Sin embargo, es importante asegurarse de que no sean causadas por alergias.
- Sudoración excesiva por estrés. El sudor emocional es una respuesta normal del cuerpo al estrés o la ansiedad, así que para sentirte más cómoda, elige ropa transpirable y ventila bien las áreas afectadas de la piel. Además, el uso de antitranspirantes y la higiene regular son importantes para evitar infecciones.
- Estrés y enfermedades de la piel. El estrés también puede agravar afecciones cutáneas preexistentes, como la psoriasis, rosácea, eczema, alopecia y vitiligo. La relación entre el estrés y el acné es cada vez más evidente, ya que el estrés prolongado puede aumentar la producción de aceite y desencadenar brotes.
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La contaminación y la piel
Y como tercer elemento, tenemos la contaminación ambiental, que junto con la luz azul y también los rayos UV pueden dañar la piel, así que debemos protegerla de estos elementos externos. La exposición constante a la contaminación del aire, el humo, las partículas en suspensión y otras sustancias tóxicas puede tener un efecto devastador en la salud de la piel, que es la primera barrera de defensa de nuestro cuerpo contra las agresiones externas. Las partículas contaminantes presentes en el aire pueden dañar esta barrera protectora y provocar una serie de problemas cutáneos::
- Envejecimiento prematuro, porque las partículas contaminantes más finas en el aire (PM2.5) pueden penetrar en las capas más profundas de la piel, lo que lleva a la descomposición del colágeno y el deterioro de la elasticidad de la piel.
- Inflamación, que se manifiesta en enrojecimiento, irritación, y un tono de piel apagado.
- Manchas y pigmentación irregular, porque la contaminación también puede desencadenar la producción de melanina en la piel, lo que lleva a la formación de manchas oscuras y una pigmentación desigual.
- Aumento de problemas cutáneos preexistentes por la obstrucción de los poros y el aumento de la inflamación.
- Daño en la barrera cutánea y debilitación de la barrera natural de la piel, lo que la hace más vulnerable a infecciones y a la pérdida de humedad.
Para proteger tu piel de los efectos dañinos de la contaminación es esencial seguir una rutina de cuidado adecuada, incluyendo la limpieza diaria para eliminar partículas contaminantes y maquillaje, utilizando un limpiador suave apropiado para tu tipo de piel. La hidratación desempeña un papel clave en la preservación de la barrera cutánea: emplea cremas hidratantes con ingredientes como ceramidas y ácido hialurónico para restablecer la hidratación y la elasticidad de la piel.
Aplicar protector solar a diario es fundamental, no sólo para contrarrestar los daños del sol sino también para proteger contra la contaminación. Además, el uso de antioxidantes, como la vitamina C y la vitamina E puede ayudar a neutralizar los radicales libres generados por la contaminación.
En días particularmente contaminados, considera cubrir tu piel con bufandas, sombreros y ropa de manga larga. Evita tocar tu rostro con las manos, ya que esto puede transferir partículas contaminantes; y lava regularmente tu ropa y ropa de cama para eliminar cualquier contaminación que puedan haber recogido, asegurándote de mantener un ambiente interior saludable mediante la utilización de purificadores de aire y ventilación adecuada. Todas estas prácticas forman parte de una estrategia integral para mantener tu piel saludable en un entorno contaminado.
Artículos de referencia:
How to Shield Your Skin From Environmental Damage. (s.f.). EverydayHealth.com. https://www.everydayhealth.com/skin-beauty/how-shield-your-skin-from-environmental-damage/
Can stress and anxiety affect your skin? | HealthPartners Blog. (s.f.). HealthPartners Blog. https://www.healthpartners.com/blog/stress-and-skin/