El fotorejuvenecimiento acaba con los signos del sol y de la edad
Las manchas, las arrugas y la flacidez constituyen las huellas del paso del tiempo. El envejecimiento cutáneo es un proceso irreversible y que se hace evidente sobre todo en las zonas más delicadas y expuestas, como por ejemplo la cara, el cuello o incluso las manos. Además, una larga y constante exhibición al sol durante toda la vida puede provocar que los síntomas del envejecimiento se aceleren, dando lugar a una paulatina pérdida de la juventud de nuestra piel.
Para frenar los antiestéticos efectos de éste y otros agentes externos la medicina ha desarrollado una técnica que utiliza la luz para garantizar el fotorejuvenecimiento. Una nueva tecnología que, a modo de tratamiento de belleza, corrige los cambios que la piel ha sufrido durante años y modifica su aspecto para garantizar la elasticidad y la luminosidad de una dermis fresca y joven.
Luz intensa para eliminar los signos de la edad
Se trata de uno de los procedimientos más demandados en materia de tratamientos cutáneos. Y es que no sólo garantiza resultados inmediatos y efectivos, sino que forma parte de las nuevas técnicas estéticas no invasivas y de rápida recuperación. El fotorejuvenecimiento utiliza la tecnología IPL (Luz Intensa Pulsada) y gracias a ella elimina la mayor parte de los signos que evidencian nuestra edad.
Este método aplica sobre la piel una luz especial que, en función de la zona a tratar, se adapta a las características cutáneas del paciente. Constituye, pues, una luz inteligente que penetra en la piel y selecciona únicamente las zonas lesionadas o que deben ser corregidas.
Este principio, conocido bajo el nombre de Foto Termólisis Selectiva, ayuda a precisar tanto el ámbito de actuación como la especificidad del tratamiento. De este modo, sin peligro alguno a dañar la capa superficial de la dermis, el abanico de afecciones que pueden tratarse es muy amplio.
Corrección cutánea sin recuperación
A diferencia de otros tratamientos estéticos basados en la remodelación y la renovación cutánea, la técnica del fotorejuvenecimiento no es ablativa. Lo que significa que mediante este método el tejido no se vaporiza, sino que simplemente se estimula con el uso de la luz. La mayor consecuencia de este innovador aspecto reside en el hecho de que el tratamiento no necesita ningún tipo de recuperación.
Los niveles de corrección sobre los que actúa este tratamiento pueden llegar a ser muy variados. Desde la rectificación de poros abiertos hasta la corrección de la flacidez de la piel. Además, si nos centramos en los daños producidos por la exposición al sol, este método puede dar solución a problemas derivados de la tonalidad, como la aparición de pigmentación roja o marrón o la presencia de manchas no deseadas.
El tratamiento, que resulta ideal para ser aplicado tanto en la cara, como en el escote o el cuello, también ayuda a eliminar lesiones vasculares, como el enrojecimiento de mejillas, y arrugas finas. Por otro lado, gracias a la estimulación de colágeno que produce, este tratamiento es esencial para mejorar la textura, el brillo y la calidad de nuestra piel. El fotorejuvenecimiento también resulta una de las técnicas más utilizadas en la corrección cutánea de las manos, aunque en algunos casos también puede aplicarse en los brazos.
Apto para pieles maduras o desgastadas por el sol
El tratamiento está especialmente dirigido para personas que presenten daños producidos por el efecto nocivo del sol u otro tipo de lesiones derivadas de la pigmentación. Por otro lado, debido al resultado que provoca sobre la producción de colágeno, el fotorejuvenecimiento también puede aplicarse sobre aquellas pieles que están desgastadas o presentan altos signos de madurez.
En general, cualquier persona que quiera mejorar el aspecto, el brillo o la luminosidad de la dermis puede acudir a este tipo de técnica. Sin embargo, es esencial que en las zonas a tratar el vello esté completamente rasurado para que éste no sufra quemaduras. Lo mismo ocurre en los casos en los que el tratamiento se realiza sobre pieles que han estado muy expuestas al sol. Ante la posibilidad de que se produzcan heridas leves, se recomienda esperar durante al menos 30 días desde la última toma de contacto para que el bronceado de la dermis disminuya.
Contraindicaciones
El tratamiento no está recomendado ni para personas genéticamente fotosensibles ni con diabetes ni para pacientes con hemofilia u otras enfermedades de tipo anticoagulante. Tampoco las mujeres embarazadas o las personas que llevan marcapasos pueden someterse a esta técnica estética.
Una dermis tersa y brillante en media hora
La duración de las sesiones suele oscilar entre los 15 o 30 minutos, en función del tipo de tratamiento que deba realizarse. Éste debe repetirse durante al menos 5 veces más, realizando intervalos de tres semanas entre sesión y sesión. Una vez concluido, según lo determine el especialista, pueden realizarse tratamientos de mantenimiento cada uno o dos años.
Es de vital importancia subrayar que una vez concluido el fotorejuvenecimiento la piel debe estar constantemente hidratada. Aunque no suelen producirse efectos secundarios, cuando se tratan lesiones derivadas de la pigmentación la piel pasa por una fase de escamación, de modo que es fundamental no olvidar su cuidado. Además, es recomendable evitar el sol y aplicar sobre la dermis cremas protectoras de los rayos ultravioletas.
Fotorejuvenecimiento para eliminar arrugas
El fotorejuvenecimiento es una de las formas más rápidas y eficaces de eliminar temporalmente las arrugas de expresión, que se producen en el entrecejo, en la frente o en el contorno de los ojos. Los tratamientos de rejuvenecimiento facial compaginados con la pulsión de luz, provocan en la piel del rostro una sensación inmediata de bienestar y relajación.
La técnica del fotorejuvenecimiento también puede combinarse con otros materiales de relleno, que pueden aumentar el grosor de los pómulos, los labios o el mentón. Consiste en la reposición de colágeno y ácido hialurónico bajo la piel, que ayuda a restaurar la forma original del rostro. De este modo, también pueden corregirse signos de envejecimiento como la flacidez sin necesidad de someterse a una intervención quirúrgica.