6 hábitos que arruinan tu piel (y cómo evitarlos)
Contacta con clínicas Verificadas que puedan ofrecerte el tratamiento.
¿Eres de las que se van a dormir sin lavarse la cara? ¿Quizá no miras demasiado qué productos usas para tu piel? ¿A veces te da por “tocarte” los granitos de la cara (y más que eso)? ¿A veces tu alimentación no es la más recomendable? ¡Error! Ya es hora de que empieces a tomar las riendas de tu vida y de tu piel. ¡Es la hora de adquirir un compromiso que revolucionará tu aspecto y te quitará años! No es un tratamiento, son 6 (sólo seis) sencillos gestos que toda persona debería conocer.
Limpieza ante todo
Aunque es el que con mayor frecuencia se descuida, la limpieza es uno de los pasos más importantes en cualquier rutina de cuidado de la piel. De hecho, limpiarse la cara antes de dormir es imprescindible incluso cuando no te hayas maquillado durante el día. Tu piel está expuesta a factores externos como la contaminación, la grasa y la suciedad que se acumulan en ella. Si no limpias tu piel antes de dormir, estos factores pueden obstruir tus poros, provocar acné y otros problemas de piel.
La limpieza de la piel no debe hacerse de cualquier manera, sino exactamente así:
- Retira todo el maquillaje completamente antes de lavar tu rostro. Puedes hacerlo con un desmaquillador (los aceites esenciales pueden ser una buena alternativa), toallitas desmaquillantes o aceites esenciales, pero asegúrate de retirar todo el maquillaje, incluyendo la máscara de pestañas y el lápiz labial.
- Utiliza agua templada y un jabón neutro para lavar tu rostro, ya que el agua caliente puede irritar tu piel y hacerla más propensa a la sequedad, mientras que los jabones fuertes pueden eliminar los aceites naturales de tu piel. Frota suavemente con tus dedos en movimientos circulares y enjuaga con agua templada.
- Por último, un error muy frecuente: limpia tus brocha de maquillaje con jabón neutro y agua templada una vez a la semana, así evitarás la acumulación de bacterias y suciedad.
Se acabó fumar, beber en exceso y los azúcares
Fumar tiene un impacto muy negativo en la piel. Los químicos presentes en los cigarrillos reducen la producción de colágeno y elastina, dos proteínas importantes que mantienen la piel firme y elástica. Además, el fumar acelera el envejecimiento prematuro de la piel, lo que puede causar sequedad, pigmentación irregular, arrugas profundas y surcos faciales. De hecho, los fumadores de 40 años pueden tener una piel similar a la de los adultos no fumadores de 70 años. Fumar también retrasa la capacidad del organismo para curarse a sí mismo y aumenta el riesgo de infecciones y de inflamaciones en la piel.
Sobre el alcohol, su efecto es básicamente que deshidrata la piel, es decir: hace que las arrugas sean más visibles. Pero además el alcohol tiene mucho que ver con la formación de bolsas debajo de los ojos, la pérdida de volumen en la zona central del rostro y el aumento del rubor o enrojecimiento. Además, el consumo de alcohol aumenta el riesgo de acné y rosácea, y las investigaciones sugieren que incluso puede aumentar la susceptibilidad al cáncer de piel.
Finalmente, los alimentos ricos en azúcares, como el helado, los pasteles y los caramelos, pueden acelerar el proceso de envejecimiento de la piel. El azúcar se adhiere a las proteínas presentes en la piel, como el colágeno y la elastina, y crea compuestos que dañan estas proteínas, lo que puede provocar arrugas y pérdida de elasticidad.
Artículo relacionado: Piel perfecta: cómo mantener el tamaño de tus poros a raya
Solicitar presupuesto
No te toques agresivamente la piel
Pregunta a un dermatólogo antes de intentar solucionar las cosas por tu cuenta, en especial antes de pellizcar tu piel o apretar tus granos. Apretar los granitos, aunque parezca una forma efectiva de hacer que desaparezcan más rápidamente, en realidad es muy perjudicial para la piel, ya que se empeora la inflamación y se prolonga el tiempo que tardan en sanar, aumentando el riesgo de infección y de dejar cicatrices. Este es exactamente el mismo peligro al que te expones si decides rascarte o pellizcar la piel. Si tienes una picadura de mosquito o una costra en la piel, lo mejor es que evites rascarte y la cubras durante unos días para evitar la tentación de tocarte la zona.
Cuidado con la exfoliación
¿Eres de las que piensan que la exfoliación diaria es la clave para tener una piel radiante? ¡Ten cuidado! Si bien la exfoliación es un paso importante en la rutina de cuidado de la piel, hacerlo con demasiada frecuencia puede tener el efecto contrario al deseado.
Primero de todo, el primer paso para una exfoliación efectiva y saludable es utilizar el exfoliante adecuado para tu tipo de piel. Si tienes la piel sensible, evita los exfoliantes granulados y opta por productos químicos suaves que contengan ácido láctico o glicólico; pero si tu piel es grasa o propensa al acné, busca un exfoliante con ácido salicílico.
En segundo lugar, exfoliar demasiado la piel (es decir: más frecuentemente que una vez a la semana) puede dañarla, resecarla y modificar el balance de aceites naturales que hay en tu rostro. Además, es importante aplicar el exfoliante suavemente en el rostro, sin frotar con demasiada fuerza, ya que la piel de la cara es delicada y se podría irritar y enrojecer.
No olvides el protector solar
Probablemente ya has desterrado hace tiempo la idea de que la crema solar (o bloqueador) solo es necesaria cuando vas a exponerte al sol durante largos periodos de tiempo. Sencillamente es así. El uso diario de protector solar (con un FPS de al menos 30) es crucial para proteger tu piel de los rayos solares dañinos, incluso en días nublados o cuando pasas la mayor parte del tiempo en interiores.
Toma nota: la mayoría del daño que la piel sufre a lo largo de la vida ocurre durante las actividades diarias, como conducir, caminar por la calle, o estar sentada cerca de una ventana en el trabajo. Los rayos UV pueden penetrar en los vidrios del coche y del hogar, y aunque no te des cuenta, pueden estar dañando tu piel.
El uso diario de protector solar puede prevenir el envejecimiento prematuro de la piel, como arrugas, manchas y pérdida de elasticidad, así como reducir el riesgo de cáncer de piel.
Para obtener la máxima protección, es importante aplicar el protector solar adecuadamente, al menos 30 minutos antes de salir al sol, y asegurándote de cubrir bien el rostro, cuello, escote y manos, y volver a aplicar cada dos horas o después de nadar o sudar. Al hacerlo un hábito diario, podrás disfrutar de una piel saludable y radiante durante muchos años. No olvides guardar tu protector solar junto a la pasta de dientes.
Artículo relacionado: Cuidados de belleza para el verano: prepara tu piel y evita el envejecimiento cutáneo
¡Cuidado con algunos productos de belleza!
Muchas personas prefieran los productos de belleza con fragancias y colorantes intensos, pero esto es un error, ya que pueden ser perjudiciales para la piel, especialmente a medida que envejecemos. La piel se vuelve más fina y sensible con el paso del tiempo, lo que significa que los productos que usábamos antes pueden comenzar a producir sarpullidos e irritaciones. Las fragancias, los colorantes y otras sustancias químicas artificiales también pueden acentuar la sequedad en la piel.
Si tienes la piel seca, es mejor optar por jabones y limpiadores sin fragancias, especialmente aquellos que están indicados para la piel sensible. Además, es recomendable utilizar detergentes y lavavajillas sin aditivos ni irritantes. De esta manera, podrás retener la humedad natural de tu piel y evitar la aparición de sarpullidos e irritaciones.
Otro aspecto importante es cuidar la temperatura del agua en tus duchas y baños. Aunque puede ser tentador tomar una ducha o baño caliente, especialmente durante el invierno, el calor puede resecar aún más tu piel y acentuar la comezón. En lugar de esto, es mejor tomar una ducha tibia y rápida, utilizando un jabón suave y sin fragancias. Si tienes la piel muy seca, considera usar jabón solo en las áreas que tienden a desprender olor y no en todo el cuerpo.
Después de tu ducha o baño, mientras la piel aún está húmeda, es importante aplicar una crema o loción hidratante de buena calidad para que la piel retenga la humedad. De esta forma, podrás mantener tu piel suave y saludable durante todo el día.
Artículos de referencia:
5 Habits That Are Bad for Your Skin. (s.f.). WebMD. https://www.webmd.com/beauty/features/bad-skin-habits
Verdone, B. (2014, 16 de junio). 32 Surprising Things That Ruin Your Skin. Good Housekeeping. https://www.goodhousekeeping.com/beauty/anti-aging/tips/g1273/surprising-things-ruin-skin/
