Una dentadura con tonos ligeramente amarillos es más saludable
Aunque todo el mundo desea tener una dentadura totalmente blanca e impecable, esto resulta una utopía de forma natural. Nadie posee una dentadura blanca impoluta como la de muchos actores famosos, por naturaleza.
Dientes blancos, grandes, alineados y fuertes siempre es un plus para nuestra sonrisa, pero te sorprenderá saber que unos dientes totalmente blancos no siempre son indicadores que éstos se encuentren totalmente sanos o bien, el tener unos dientes blancos no siempre es bueno.
A lo largo de este artículo descubrirás por qué una dentadura con tonos ligeramente amarillentos es más saludable.
Por diversos factores o agentes influyentes en la sociedad en la vivimos, como, publicidad, figuras públicas; influyen a que deseemos una dentadura totalmente blanca, pero, debes saber que nadie tiene los dientes blancos por naturaleza, para lograrlo hay que someterse a tratamientos.
Pues bien, es sabido que existen diferentes métodos para blanquear los dientes que son muy eficaces y con los que se obtienen tonalidades muy blancas, pero es necesario recurrir a tratamientos de blanqueamiento. Además, es preciso aclarar que la coloración de nuestros dientes no solamente se debe a los hábitos que realizamos en ellos (alimentos, higiene, tabaco, bebidas).
¿Por qué los dientes no son totalmente blancos?
Te compartimos qué factores son los que influyen en la tonalidad de nuestros dientes, ya que éstos en su mayoría se deben a la genética, edad
El color de los dientes de cada persona depende de su genética y de las capas de los dientes, de la edad. A medida que nos hacemos mayores el color de los dientes va cambiando. Estos factores influyen en el color de nuestros dientes y hacen que cada persona tenga un color, más amarillo, más marrón o gris.
Igual que el tono de la piel de cada persona es diferente y no es totalmente homogéneo, con los dientes pasa igual. Por esa razón los dientes no son completamente blancos. La dentina es la parte interior del diente y la que se encarga de dar ese color amarillento. Está recubierta del esmalte, que es translúcido, y por lo tanto según sea el grosor del esmalte, es decir de nuestros dientes y según sea la calidad del esmalte, se dejará ver más o menos la dentina y en consecuencia ese color amarillento. Es por esta razón que son ligeramente más saludables un poco amarillos, porque la dentina se refleja en el esmalte.
El envejecimiento no solamente se anuncia con la presencia de arrugas, una postura diferente, sino también nuestra dentadura juega un papel importante, ya que en ésta también hay envejecimiento.
Ahora bien, los dientes pueden ir adquiriendo manchas por diversos factores, y éstas pertenecen a dos tipos, las intrínsecas y las extrínsecas.
Intrínsecas: este tipo de manchas son comunes y además no depende de nosotros poder controlarlas. En su mayoría, estas manchas se presentan por haber tomado medicamentos fuertes en el proceso de la formación de los dientes. Al igual influye la mala descalcificación, golpes y envejecimiento dental, pues si bien sabemos, la tonalidad de los dientes no es la misma a como cuando somos niños.
Extrínsecas: estas manchas sí son las que nos responsabilizan por llevar malos hábitos y su aparición puede ser controlada si dejamos de: fumar, beber vino, infusiones, té, enjuagues con clorhexidina.
Una vez que los dientes van modificando su coloración, las personas somos capaces, más quienes se preocupan por su estética, de consumir los productos que tengan la promesa de dejar una dentadura blanca, pero también su uso en exceso puede ser contraproducente.
Llevar una mala alimentación y consumir en exceso bebidas alcohólicas o tabaco no solo acarrea problemas médicos, sino también en la estética y salud de los dientes.
¿Cómo influyen los hábitos cotidianos en el color de los dientes?
La ingesta de alimentos pigmeantes o de bebidas como el café, vino, té, así como el consumo de algunos antibióticos, hace que el esmalte pueda verse afectado al mancharse o amarillearse en exceso. Por ello, para prevenir una buena salud dental, hay que moderar el consumo de estos productos. Además, también es básico he importantísimo que se mantenga una buena higiene dental, cepillarse los dientes después de las comidas y de vez en cuando hacer uso de enjuagues bucales para una completa limpieza.
Por otra parte, se conoce que después de tomar bebidas calientes no es recomendable lavarse de inmediato los dientes, ya que se puede dañar el esmalte de éstos además de provocar sensibilidad.
¿Qué pasa con la higiene excesiva?
Sabemos que todo exceso conlleva un riesgo, y esto también aplica a la higiene bucal, pues el cepillado en exceso de los dientes también puede ser un arma de dos filos, por un lado tendrás una limpieza fresca y por otro tus encías pueden resultar dañadas y los dientes quedan desprotegidos.
Igual que la poca o inexistente higiene es muy perjudicial para la salud bucodental, una higiene excesiva podría provocar que los dientes se volvieran más amarillos de lo normal. Además, el uso de pastas de dientes agresivas, exceso de uso de flúor o de cepillos de dientes demasiado fuertes puede dañar el esmalte y afectar al brillo de la dentadura, así como tu salud bucal. Además, es importante que al cepillarte los dientes lo hagas adecuadamente, de tal manera que no se dañen las piezas dentales y lastimes tus encías.
Así también, en la higiene bucal aplica lo mismo a los enjuagues bucales. Si éstos se usan en exceso y más aun si son los que en su contenido portan gran porcentaje de alcohol, no es una buena alternativa si se desea tener unos dientes blancos y limpios. Los síntomas comunes que aparecen por el exceso de enjuagues son: ardor en las encías, sensibilidad en los dientes, y son causantes que pequeñas pigmentaciones de color marrón aparezcan, principalmente en los dientes.