¿Cuándo tengo que cambiar mis prótesis mamarias?
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La operación de aumento de pecho sigue siendo una de las más solicitadas dentro del ámbito de la cirugía estética. Existen prótesis de muy diverso tipo y las que se vienen usando en los últimos años son cada vez más seguras y permiten un resultado más natural. Sin embargo, a la hora de someterse a este tipo de intervenciones hay que tener en cuenta que las prótesis mamarias no son para siempre, es necesario cambiarlas periódicamente.
Con el paso del tiempo las prótesis sufren un desgaste natural. Los implantes actuales están fabricados con varias capas en la cubierta externa, lo que reduce el riesgo de deterioro de la prótesis. Los implantes de última generación pueden aguantar en buen estado entre 15 y 20 años, algunos hasta 25 años. Pero en todo caso habrá que prestar atención a las indicaciones aportadas por el fabricante de los implantes, que es el que mejor conoce su producto.
No existe una fecha concreta de "caducidad" de los implantes mamarios, pero si es cierto que hay prótesis como las de aceite de silicona a las de hidrogelatina que parecen tener una vida útil menor que otros tipos. En estos casos se suele aconsejar el cambio a los 8 o 10 años.
Para verificar que el implante está en buenas condiciones lo mejor es hacer revisiones periódicas con el cirujano que se encargó de la operación. El especialista se encargará de revisar que el implante está bien colocado y que no existe ningún daño en el mismo.
Este tipo de revisiones serían recomendables cada año, pero además no debe dudarse en acudir al especialista si se nota algún tipo de molestia.
¿Cuándo es necesaria la sustitución de implantes mamarios?
La implantación de prótesis mamarias es una de las operaciones más demandadas hoy en día. Los implantes tienen una vida útil y una vez detectemos que no están en buen estado, tendremos que sustituirlos por unos nuevos. No siempre será necerario recurrir a la sustitución. Pero, ¿cómo saber cuándo lo es? La rotura de los implantes de silicona es algo muy poco frecuente, pero puede llegar a ocurrir. Muchas veces las roturas son asintomáticas, de ahí la importancia de hacerse revisiones frecuentes.Existen síntomas inequívocos de que los implantes deben ser cambiados; dolor u hormigueo en la zona, endurecimiento, hinchazón del pecho o deformidad. Estos indicios pueden deberse tanto a un rechazo de nuestro cuerpo a la prótesis, como a una rotura del implante. Pese a que normalmente nuestro cuerpo nos da señales de que algo no va bien, también debemos tener en cuenta que existe lo que se llama “rotura silente"; cuando, pese a tener un implante roto, no notamos nada fuera de lo normal.
Cuando la rotura da síntomas suele ser una rotura extracapsular. Es decir, que la envoltura del implante se ha roto y el gel se ha salido de la misma. En estos casos pueden aparecer síntomas como protuberancias en la zona del implante o en la axila, cambio o reducción en la forma del seno, dolor y hormigueo, hinchazón o entumecimiento.
Para revisar si hay rotura se suele hacer una ecografía y en algunos casos una resonancia. Si el implante se ha roto y el gel no se ha movido, se lleva a cabo una sencilla intervención que no suele tener ninguna complicación. En ella se retira el implante dañado y se pone uno nuevo.
En caso de que el gel se haya salido del implante la operación puede ser más complicada, ya que hay que asegurarse de extraer todos los restos de gel del organismo.
Por eso, recordemos que la única manera de evitar este tipo de situaciones es llevar un control exhaustivo y acudir al médico siempre que tengamos dudas o molestias. Por regla general, la intervención de sustitución suele ser más sencilla que la primera y puede tener dos niveles de dificultad:
- En caso que el implante siga entero, la extracción de la cápsula mamaria será rápida y sencilla.
- Si el implante está roto existen dos posibilidades; que sea intracapsular, es decir, dentro de la capa de tejido que forma nuestro cuerpo y que no supondrá más dificultad que cuando el implante está entero; o que sea extracapsular que es cuando ha cruzado la capa natural de nuestro cuerpo y la silicona o el gel se expande a través de él. En este caso, la operación se complica porque requiere de una laboriosa limpieza de la zona antes de implantar la nueva prótesis mamaria.
En los dos casos, la operación se realiza con anestesia local y se suele poder aprovechar la cicatriz primaria para evitar más incisiones. Además de la intervención, el postoperatorio también suele ser más breve y menos doloroso que en la primera operación puesto que nuestro cuerpo ya está acostumbrado a un objeto extraño como son los implantes.
Pese a que algunas marcas prometen garantías de por vida para sustitución de implantes hay que tener en cuenta, como en cualquier contrato, las cláusulas. La gran mayoría de garantías sólo incluyen la sustitución por rotura del implante, corriendo por cuenta del paciente si se trata de operación por encapsulamiento. Además, existe la práctica habitual de ofrecer una franquicia de mil euros para gastos extra como costes del cirujano, quirófano, etcétera, pero sólo durante los primeros 10 años. Es por ello que hemos de tener en cuenta el precio de este tipo de operaciones que suele situarse a partir de los 4000 euros porque las garantías son para casos específicos y no suelen cubrir la totalidad de la operación.
En los últimos años hemos pasado de tener que sustituir los implantes cada 10 años como mucho, a nuevas técnicas que prometen entre 20 y 30 años de durabilidad de las prótesis. Recordad, en todo caso, que la longevidad de la vida útil de los implantes no debe disminuir las visitas al especialista.
Hemos de recordar que las técnicas y los implantes mejoran día a día, y que por tanto, se prevé que los tiempos entre la primera operación y la sustitución de los implantes cada vez serán más largos.
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