Mamas tuberosas

El aumento de pecho se puede conseguir también con otra técnica: el lipofilling. Esta consiste en la inyección de grasa autóloga, lo que permitirá aumentar el tamaño de las mamas en la base, es decir, en el "polo inferior". El lipofilling consiste en extraer grasa de una zona donante, por lo que la paciente debe disponer de grasa localizada para poder realizar este autotrasplante de células grasas. En algunos casos es posible que sea necesario realizar múltiples cirugías para conseguir el volumen deseado, o para recrear la forma deseada. Una vez extraída la grasa, ésta se procesa con una centrifugadora para obtener el material inyectable. La introducción en el seno se realiza mediante el uso de una cánula de 1 mm de diámetro, para evitar la formación de cicatrices. Se trata de una técnica definitiva, ya que la grasa permanecerá en la mama, aunque es preciso tener en cuenta que una parte será reabsorbida. 

Este tratamiento se realiza bajo anestesia general, aunque, en algunos casos, también se puede realizar con anestesia local. Los resultados serán visibles entre los 3 y 6 meses después de la intervención. A menudo se combina el lipofilling con la colocación de implantes mamarios, para lograr mayor armonía en el contorno del seno.

Si el tamaño del pecho está dentro de la normalidad, se puede realizar una elevación o mastopexia, invirtiendo así el efecto de caída con la areola hacia abajo. La elevación de pecho también puede combinarse con una reducción del tamaño de la areola o con un aumento de pecho, según sea el caso. La operación consiste en la eliminación del exceso de piel, responsable del efecto de caída. 

Según el tipo de pecho, también es posible redirigir la areola, mediante una incisión en forma de ancla o de T invertida. La elevación de los senos permite armonizar el busto. Se trata de un procedimiento ambulatorio y suele requerir anestesia general. Los resultados son visibles a partir del sexto mes, y es preciso utilizar un sujetador especial durante aproximadamente un mes.