Vitíligo: cómo se detecta y cuál es su tratamiento
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La falta de pigmentación que presentan algunas personas en determinadas partes del cuerpo se debe a la destrucción de las células que le dan color a la piel. De ahí que dichas áreas muestren una apariencia blanca.
Esta afección, llamada vitíligo, es más común de lo que pensamos y suele afectar, en la mayoría de los casos, a piernas, brazos, manos y espalda, pero también puede aparecer en el cuello, los ojos, el contorno de labios y los tejidos internos de la boca o nariz.
El rechazo que muchas veces sienten los pacientes con vitíligo a causa de las manchas en la piel puede generar una serie de problemas que hacen mella en su estabilidad emocional. Algunas personas se muestran inseguras a la hora mostrar las partes afectadas, evitando, por tanto, el uso de bañadores, faldas, camisetas de manga corta… En otras, además de baja autoestima, provoca depresión. Por ello, suele ser habitual que el dermatólogo recomiende al paciente que acuda a un psicólogo con el objetivo de que este aprenda a convivir con su piel y a quererse.
Qué causa el vitíligo y cómo se manifiesta
A priori, no hay una causa única para el vitíligo, aunque parece que la herencia genética podría tener un peso importante. Esta enfermedad dermatológica suele estar asociada a problemas en el sistema inmunitario, pero no siempre es así. En algunos pacientes se manifiesta tras episodios de gran estrés y en otros como consecuencia de una prolongada exposición solar. Incluso los médicos apuntan que el hipertiroidismo podría estar detrás del vitíligo en algunos casos.
No hay un color de piel especial, pues puede afectar a personas de piel morena y a aquellas otras de piel clara, pero las de piel morena son más propensas. En cuanto a la edad de aparición, en la mayoría de los casos suelen manifestarse los primeros síntomas entre los 20 y los 30 años.
Esta afección de la piel es indolora, no resulta molesta ni incómoda, puesto que no produce picor ni descamación ni escozor. El único síntoma de que se padece es el cambio de coloración que se produce en la piel y la consiguiente aparición de manchas blancas en algunas zonas del cuerpo, sobre todo en aquellas que más se exponen a los rayos ultravioleta, como las manos, el contorno de los labios, los brazos, el contorno de los ojos, las axilas y los pies, decoloraciones que luego pueden extenderse a otras zonas del cuerpo, aunque no se sabe a ciencia cierta cuánto dura el proceso.
Algunas manchas muestran una propagación lenta, por lo que pueden pasar años entre la aparición de unas manchas y otras. Hay ocasiones en las que la aparición de nuevas manchas es más rápida, e incluso puede darse el caso de que se acelere la extensión a causa del estrés. Asimismo, la aparición de canas prematuras también parece estar vinculada con el vitíligo.
Cómo se detecta
La confirmación de esta enfermedad de la piel viene dada por la realización de una serie de pruebas. Entre ellas destacan la biopsia de piel, los análisis de sangre y el examen ocular. El dermatólogo también procederá a realizar un estudio del historial del paciente para confirmar si hay factores hereditarios, es decir, si en su familia hay familiares que padezcan vitíligo o enfermedades autoinmunes. También examinará la sensibilidad de la piel al sol para valorar si ello puede tener alguna relación con la afección.
La manera más efectiva de detectar el vitíligo es con el empleo de una lámpara de Wood, que emite una luz oscura que permite identificar la mancha y determinar si es vitíligo u hongos, por ejemplo.
El dermatólogo dirigirá la luz de la lámpara de Wood sobre la mancha a analizar y la colocará a una distancia de entre 10 y 12 cm con respeto a la piel. Para evitar daños oculares, le solicitará que evite mirar mientras se lleva a cabo el diagnóstico.
Con esta luz el médico estudiará el color y la tonalidad de la mancha. Si esta brilla o emite rayos de luz ultravioleta, suele tratarse de vitíligo.
Esta prueba no requiere de ninguna preparación previa. Tendrá que suspender el tratamiento tópico que esté usando, y deberá evitar bañarse el día previo a la prueba para evitar que pueda producirse un resultado falso. El dermatólogo también aconsejará que no use desodorante ni crema hidratante.
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Qué tratamientos existen para el vitíligo
Una vez se hayan realizado los análisis y pruebas pertinentes, el médico valorará la afección y recomendará el mejor tratamiento para el paciente en función de la cantidad de manchas que presente, su extensión y su preferencia por un tratamiento determinado.
Entre los tratamientos más empleados hemos de mencionar los siguientes:
- Tratamiento tópico. Consiste en el empleo de cremas que deben aplicarse sobre la zona afectada.
- Medicamentos orales. Si el dermatólogo así lo considera oportuno, el vitíligo puede tratarse con medicamentos orales, que el paciente tendrá que tomar mientras lo determine el especialista.
- Rayos ultravioletas del tipo A. El profesional podría aconsejar el empleo de rayos UV (terapia PUVA) con el fin de que las manchas adquieran una tonalidad más oscura y se disimulen mejor.
- Pigmentación. En algunos casos, se puede recurrir a pigmentar aquellas zonas donde las manchas han hecho aparición para simular el color de piel del paciente y que estas pasen desapercibidas. También puede recurrirse a tatuajes para esconder las manchas.
- Cirugía. El tratamiento quirúrgico es otra opción. Para ello se recurre a los injertos de piel autóloga (del propio paciente) en aquellas áreas de cuerpo más evidentes, siempre y cuando están no excedan de un tamaño determinado.
- Otros tratamientos. Además de los señalados, el médico puede aconsejar el uso de bloqueadores solares para frenar la incidencia de la luz del sol sobre la piel del paciente. Este también puede recurrir al maquillaje para disimular las manchas, sobre todo si estas aparecen en la zona de la cara.
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