Todo lo que debes saber sobre la himenoplastia
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El himen. Parece mentira que a esta pequeña telita que casi no se ve y cuesta de localizar le hayamos acabado otorgando tanta importancia. Y una tan pesada carga social y cultural.
El himen
La realidad biológica es muy simple. El himen (también llamado virgo) es una fina membrana flexible y con forma de anillo que recubre parte de la vagina. Como todo en nuestro cuerpo, el himen cumple una función, que es la de proteger la vagina de posibles infecciones hasta la pubertad en que va apareciendo una flora vaginal adulta. A partir de ese momento no tiene ninguna función más allá de permitir el paso del flujo menstrual.
Podemos hablar de diferentes tipos de himen:
- Himen normal: la forma de la membrana puede ser anular, semilunar o labial. El orificio del himen se encuentra en el centro.
- Himen flexible: el orificio del himen es mayor, lo que permite que no se rompa a pesar de mantener relaciones sexuales.
- Himen imperforado: en este caso el himen no tiene orificio y es preciso realizar una intervención quirúrgica para corregirlo.
- Himen biperforado: el orificio está dividido en dos por un tabique.
- Himen hipertrofiado: tiene un tamaño mayor de lo normal.
- Himen trifoliado: en este caso la membrana consta de tres pliegues.
- Himen multifoliado: en este caso la membrana consta de varios pliegues.
- Himen coraliforme: el himen está dispuesto de tal forma que parecen los pétalos de una flor.
El factor que ha hecho que para muchas personas el himen se haya convertido en algo de tanta importancia es que se asocia con la virginidad de la mujer. Hoy en día ya sabemos que en realidad el himen no siempre se rompe al empezar a mantener relaciones sexuales. Hay mujeres con el himen tan flexible que tardarán años en que su himen se rompa. Otras chicas vírgenes rompen su himen durante la práctica deportiva o con el uso de tampones.
Y sin embargo, el himen lleva siglos relacionado con la idea de virginidad en la mujer (en el sentido de pureza de la persona y honra de la familia), teniendo un gran peso en ciertas culturas y religiones, como por ejemplo, en ciertos ámbitos musulmanes y gitanos. Ese es el motivo por el cual cada año decenas de miles de mujeres europeas se realizan una himenoplastia.
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La himenoplastia
La Himenoplastia es una sencilla cirugía que permite reconstruir y reparar el himen mediante una sutura en la membrana, es decir uniéndolo con puntos. Se trata de un procedimiento quirúrgico ambulatorio bajo anestesia local y sedación, con una duración aproximada de entre 30 y 60 minutos.
Como en toda intervención, hay una serie de aspectos a tener en cuenta. Inicialmente es fundamental contar con el asesoramiento y seguimiento de un médico que haga la valoración quirúrgica. Esta valoración debe contar con la opinión de un ginecólogo, un cirujano y posiblemente de un anestesiólogo. Existen además una serie de pruebas preoperatorias como son un electrocardiograma, una analítica completa y en ocasiones una placa de tórax
Durante la intervención, el cirujano realiza unas pequeñas incisiones en el epitelio vaginal, que es la zona con mucosa alrededor del himen, tras lo cual sutura el tejido con puntos reabsorbibles. Estos puntos serán los que dejen el himen en su estado natural, tras el proceso de cicatrización. En ocasiones existen pacientes en que el cirujano puede apreciar remanentes de la membrana. En estos casos se sutura directamente estos tejidos con idénticos puntos reabsorbibles.
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Postoperatorio de una himenoplastia
La himenoplastia es una intervención sencilla que no acostumbra a requerir un postoperatorio demasiado largo. Sin embargo, en algunas contadas ocasiones existen complicaciones que hacen que se deba llevar un mayor cuidado o tratamientos especiales según consejo médico. Esto ocurre en casos de infección (que se corrige con el uso de antibióticos recetados por el especialista) y/o cicatrización incorrecta
La aparición de hematomas o hemorragias también es causa de revisión de la himenoplastia por si hay complicaciones no previstas, junto también con la existencia de un dolor demasiado agudo o inflamación intensa.
A parte de ello, las principales recomendaciones que se realizan tras una himenoplastia son sobre todo guardar reposo total durante unos días para evitar que se abran los puntos con posibles movimientos.
Es necesario que transcurran unos 2 meses antes de reiniciar la actividad en el gimnasio, la bicicleta o relacionada con grandes esfuerzos. Con anterioridad, aproximadamente tras 2 semanas, los puntos deberían caerse por sí solos.
Idéntico espacio de tiempo es necesario para empezar a usar tampones o para mantener la primera relación sexual, ya que es el periodo de tiempo tras el cual se ha completado la cicatrización.
En cuanto a la higiene en la zona íntima, es importante extremarla durante las semanas siguientes a una himenoplastia, llevándola a cabo con un jabón especial varias veces al día para evitar infecciones.
Contraindicaciones de una himenoplastia
Es importante que la mujer que se va a someter a una himenoplastia deje de fumar un mes antes y hasta un mes después de la operación, porque de lo contrario se puede ver seriamente comprometido el proceso de cicatrización. Tampoco están indicadas las pastillas anticonceptivas, los medicamentos antiinflamatorios o la aspirina.
Riesgos de una himenoplastia
Como todo procedimiento quirúrgico, la himenoplastia requiere de una adecuada preparación quirúrgica y observar una serie de normas que hemos citado anteriormente. Sin embargo, es una intervención relativamente sencilla que casi nunca deriva en contratiempos (por ejemplo hemorragia o el daños en vejiga o el recto). En las ocasiones que ha ocurrido puede estar relacionado con una mala praxis médica.
Es por este motivo que la himenoplastia debe realizarla un cirujano especialista en el área genital femenina, que esté plenamente calificado (inscrito en la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética) y con la mayor experiencia posible.
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Razones para una himenoplastia
Más allá de recuperar la virginidad perdida ante la proximidad de la boda, que es el motivo principal por el que se realizan la mayoría de himenoplastias, existen otros motivos personales para someterse a este tipo de intervención.
Por un lado están aquellas mujeres que desean ofrecer a su pareja de forma simbólica o por motivos más o menos lúdicos la posibilidad de volver a desvirgarlas. Por otro, están las mujeres que han sido víctimas de circunstancias traumáticas, quizá una violación, y buscan en la himoplastia el apoyo físico que ayudará en su recuperación psicológica y emocional.
Artículos de referencia:
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