Qué son los hemangiomas y cómo se tratan
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Si a tu bebé le ha salido un hemangioma (también llamado angioma) es posible que estés preocupado/a, pero en la gran mayoría de los casos se trata de un problema que no es importante y que se puede llegar a curar por sí solo. En las ocasiones en que no es así, hoy en día hay tratamientos no invasivos que pueden ser de gran ayuda.
¿Es el hemangioma un tumor?
El hemangioma es un bulto más o menos grande y de color rojo o rojo azulado que puede aparecer en cualquier lugar del cuerpo. Se le considera un tumor porque está formado a base de células que se multiplican, pero es un tumor benigno.
Este bulto rojo aparece en hasta un 8 % de los lactantes, así que no se trata de una patología extraña, sino bastante habitual.
En la mayoría de las ocasiones el angioma causa un problema estético, pero en ciertos casos puede llegar a causar molestias diversas en función del lugar en el que haya aparecido. Si está en el párpado puede dificultar la visión, si está en la boca puede afectar a la deglución, y en aquellos casos en los que sea muy grande, puede sobrecargar al corazón.
¿Por qué aparecen?
A día de hoy su origen exacto es desconocido, aunque se han elaborado diversas teorías. Hay quien piensa que se trata de pequeños trozos de placenta que han quedado implantados en la piel del bebé y quien opina que surgen como medida para suplir una falta de oxigenación de los tejidos durante el proceso de desarrollo embrionario.
Lo que sí está claro es que no son hereditarios ni se producen con mayor incidencia en un lugar o en otro. Eso sí, los datos permiten determinar que aparecen con más frecuencia en niñas, en bebés prematuros y en niños que tienen un bajo peso al nacer.
Los hemangiomas son vasos capilares que han crecido de una forma anómala. Se trata de tumores benignos con una rápida capacidad de crecimiento. Los últimos estudios llevados a cabo sobre esta cuestión han puesto de manifiesto que este problema afecta a un 8% de los lactantes, sin que exista una causa concreta para su aparición. Algunas teorías apuntan a la falta de oxigenación de los tejidos durante el desarrollo embrionario, pero lo que parece estar claro es que no se trata de afecciones de carácter hereditario.
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¿Qué tipos de hemangiomas hay?
- Angioma fresa. Es el más común, suele tener de 2 a 5 cm de diámetro (pueden ser más grandes) y se caracterizan por estar más elevados que la piel que los rodea. En bebés suelen aparecer en los primeros meses de vida, tienen un crecimiento lento y una regresión también lenta, pero acaban desapareciendo casi por completo. La regresión se suele dar, en un 50% de los casos, sobre los 5 años de edad.
- Angioma cavernoso. Es el más profundo y suele tener un color azulado, con márgenes indefinidos. Lo normal es que no superen los 6 cm. Tiene una fase de crecimiento, otra de estabilización y una última de regresión, pero en algunos casos puede suponer problemas estéticos que requieren de tratamiento quirúrgico.
- Mancha de vino de Oporto. Es muy poco habitual y tiene un color rojo o rojo azulado, generalmente aparece en la cara o en el cuello. Es liso y puede llegar a ocupar una gran área.
- Mancha salmón. Se trata de una lesión vascular de aspecto sonrosado en zonas como la nariz, la frente y la región occipital. Las lesiones de la cara desaparecen siempre, las de la zona occipital perduran.
¿Es totalmente inofensivo?
Los hemangiomas pequeños no suelen dar mayor problema y hasta es común que con el paso del tiempo se aplanen y desaparezcan, pero hay angiomas que pueden llegar a ser peligrosos en función de la parte del cuerpo en la que estén, puesto que pueden llegar a obstruir las vías aéreas, e incluso pueden llegar a aparecer en órganos tan importantes como el hígado.
Es importante vigilarlos para controlar que no se ulceren y puedan llegar a causar todavía más molestias.
¿Qué hacer si aparece un hemangioma?
Si a tu pequeño le ha salido un hemangioma lo mejor es consultarlo con el pediatra. El profesional examinará el bulto y determinará si hay que aplicar algún tratamiento.
Para hacer un buen diagnóstico en ocasiones puede ser necesario hacer una tomografía computarizada o una resonancia magnética. El tratamiento va a depender de factores como el tamaño, la localización y la gravedad del angioma.
¿Qué tratamientos existen?
Los corticosteroides se suelen administrar a través de una inyección o bien por vía oral y se aplican normalmente en hemangiomas de crecimiento tardío que son desfigurantes, implican compromiso vital o posibles secuelas visuales. Su eficacia se puede comprobar en tan solo unos días, y el tratamiento se debe mantener durante unas semanas bajo control médico.
Los corticosteroides suelen provocar efectos secundarios, por lo que el tratamiento suele implicar la toma de otros medicamentos precisamente para evitar esos efectos secundarios. En aquellos casos en los que no se consiguen los resultados buscados con los corticosteroides se pasa a la aplicación de interferón.
Para los angiomas que están en la zona nasal se recomienda la cirugía tan pronto como sea posible. Lo que se busca es evitar el desplazamiento y destrucción de los cartílagos. Al eliminar el hemangioma se favorece un desarrollo normal de la nariz.
El láser también se está haciendo muy popular como tratamiento para los angiomas. Es útil para tratar lesiones superficiales y la porción superficial de los hemangiomas profundos; también se recomienda para el tratamiento de ciertos angiomas ulcerados.
Aunque da buenos resultados, sus efectos están limitados por la profundidad, ya que la luz pulsada no llega más allá de los 2 o 3 mm.
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¿Es posible la aparición de hemangiomas en adultos?
Sí, este tipo de tumores benignos también pueden hacer acto de presencia en los adultos. Aparecen con más frecuencia en las mujeres que en los hombres y suelen estar en la zona de la cabeza y el cuello.
Lo habitual es que se localicen en la frente, en la zona del crecimiento del cabello y cerca de la nariz, así como en las mejillas. Tampoco es infrecuente su aparición en el área genital. Estos últimos requieren de un especial cuidado, porque es más frecuente que se infecten o se ulceren.
El hemangioma suele detectarse bastante pronto. Se suele notar en la piel la aparición de una mancha irregular de color rojizo o azul, así como un pequeño bulto. Tiene un crecimiento rápido, por lo que hay que ponerse en manos del especialista cuanto antes para evitar que pueda llegar a hacerse grande.
Igual que en el caso de los bebés, los tratamientos pueden ir desde métodos farmacológicos al uso del láser, e incluso al paso por el quirófano si fuera necesario.
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