Ondas de choque para disfunción eréctil
La disfunción eréctil es una patología que afecta a más hombres de lo que pueda parecer. Hasta hace unos años quienes tenían esta enfermedad solían sufrirla en silencio, pero en la actualidad los hombres son mucho más conscientes de lo importante que puede ser la salud sexual y se han concienciado de que no hay que tener vergüenza a la hora de tratar estos temas con un especialista.
Los problemas de disfunción eréctil son especialmente comunes en los hombres a partir de los 50 años, por lo que una gran parte de la población masculina podría llegar a sufrirlos. De ahí la necesidad de buscar nuevos tratamientos que puedan dar soluciones a largo plazo.
¿Por qué se produce la disfunción eréctil?
Cualquier alteración en alguno de los mecanismos que intervienen en la erección pueden ser causa de la disfunción eréctil. Puede tratarse de una bajada del deseo sexual o de problemas neurológicos, pero en la gran mayoría de los casos este problema está causado por problemas vasculares.
La hipertensión arterial y el colesterol alto afectan a 1 de cada 4 hombres y en muchos casos tienen incidencia directa con los problemas de erección.
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Las ondas de choque como tratamiento
Hoy en día existen tratamientos farmacológicos para tratar la disfunción eréctil, pero aquellos hombres que no quieren hacer depender su vida sexual de tomar o no una pastilla buscan soluciones a más largo plazo.
Las ondas de choque para la disfunción eréctil son uno de los tratamientos más novedosos. La aplicación de este tipo de ondas como tratamiento para los problemas de erección se incluyó en las Guías de la Asociación Europea de Urología de 2013.
¿Qué son las ondas de choque y para qué sirven?
Se trata de ondas acústicas que se transmiten directamente al cuerpo. Se han estado usando en medicina desde los años 80 del siglo pasado en el tratamiento de cálculos renales, pero en las últimas décadas se ha ampliado su campo de actuación para tratar otros problemas, como la disfunción eréctil, la tendiditis o la fascitis plantar. Incluso se usan a nivel estético para acelerar la renovación de tejidos y mejorar el aspecto de la piel.
Lo que hacen las ondas es acelerar el proceso de recuperación del cuerpo al mejorando la circulación sanguínea. Este proceso, conocido como neovascularización, permite el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos, y precisamente por ello se decidió usarlo en el tratamiento de los problemas de erección.
¿En qué consiste la terapia?
La terapia consiste en la aplicación de ondas de choque de baja energía (unas 3000-3600 por sesión) en seis zonas diferentes del pene, actuando así sobre todo el epitelio que participa en la erección.
Se realizan cuatro sesiones a razón de una por semana, con una duración de 15 a 20 minutos cada una de ellas. Los resultados empiezan a notarse un mes después de haberse finalizado el tratamiento. Es un tratamiento totalmente seguro que no tiene efectos secundarios ni durante, ni inmediatamente después ni pasado un tiempo desde su aplicación.
No es doloroso, por lo que no requiere de la aplicación de sedantes o pasar por procedimientos preoperatorios. En algunos pacientes puede aparecer una sensación de hormigueo mientras se aplica el tratamiento, sensación que desaparece cuando termina la sesión. Es un tratamiento no invasivo con el que el paciente puede volver a hacer su vida normal nada más terminar la sesión.
¿Es compatible con tratamientos farmacológicos?
Una de las dudas más habituales que tienen los pacientes que se someten a este tipo de terapias es si son compatibles con la toma de medicamentos para la disfunción eréctil.
En realidad ambos tratamientos buscan objetivos diferentes. Las ondas de choque buscan mejorar los tejidos del pene para facilitar la erección, mientras que las pastillas proporcionan erecciones plenas que permiten mantener relaciones sexuales de forma inmediata. La conclusión es que los dos tratamientos son perfectamente compatibles.
¿Para quién está indicado el tratamiento de ondas de choque para la disfunción eréctil?
El tratamiento con ondas de choque para la disfunción eréctil está indicado para todos aquellos hombres que tienen problemas de erección relacionados con un problema vascular (hasta un 70% de los casos de disfunción eréctil tienen este origen).
No importa la edad ni el tiempo durante el que se haya padecido esta patología y si se está o no en tratamiento farmacológico para este problema.
Hasta un 80% de los pacientes sometidos a este proceso han notado mejoría y han recuperado su vida sexual al ser capaces de mantener erecciones firmes y prolongadas.
Aunque se suele aplicar a hombres con problemas de disfunción eréctil moderados o medios, también se ha llegado a aplicar y a obtener buenos resultados en los casos de disfunción eréctil severa.
Tienen disfunción eréctil severa aquellos hombres que no pueden conseguir una erección ni siquiera con ayuda de medicación. Después de pasar por un tratamiento con ondas de choque los pacientes con este problema han logrado regenerar vasos sanguíneos y comenzar a tener relaciones sexuales, con o sin ayuda de medicación.
El tratamiento no está dirigido a hombres cuyos problemas de erección estén relacionados con nervios eréctiles que hayan sido dañados o eliminados durante una intervención por presencia de cáncer y tampoco a aquellos cuyos problemas de rendimiento sexual estén causados por problemas psicológicos.
¿Cuánto duran los efectos del tratamiento?
El tratamiento con ondas de choque acústicas para la disfunción eréctil está dando muy buenos resultados, pero es un tratamiento de última generación y todavía no se pueden analizar con exactitud los datos a largo plazo.
Los estudios que se han llevado a cabo hasta el momento han puesto de manifiesto que hasta un 65 % de los hombres que habían pasado por este tratamiento han notado sus efectos hasta dos años después de haber finalizado la misma.
Otras aplicaciones de las ondas de choque
Este tratamiento también se puede aplicar para tratar otros problemas relacionados con el pene. Se puede emplear también para el tratamiento de la enfermedad de Peyronie, mejorando el dolor y la erección al actuar sobre la placa de fibrosis y sobre el tejido eréctil. Otra de sus aplicaciones es para tratar la prostatitis crónica, aliviando a largo plazo sus síntomas.
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