Causas y tratamientos de la disfunción eréctil

Causas y tratamientos de la disfunción eréctil
Mònica Aubert

Licenciada en Periodismo y Máster en Relaciones públicas y Gabinetes de Comunicación. Me encanta escribir y comunicarme con los demás. Actualmente, redacto contenidos en Multiestetica.

Creación: 24 jul 2017 · Actualización: 16 jul 2019
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Más del 23 % de los hombres mayores de 45 años sufren disfunción eréctil, un problema infravalorado y que, en algunos hombres, está asociado al estrés, el colesterol, la diabetes o enfermedades cardiovasculares, según informa el Atlas de la Disfunción Eréctil en España, que indica, además, que para algunos médicos incluso constituye una señal de alarma de esas afecciones.

Por ello, ante el primer síntoma de disfunción eréctil lo primero que hay que hacer es acudir al especialista, que examinará al paciente para comprobar si detrás de ello se esconde una patología grave.

¿Qué puede causar disfunción eréctil?

La incapacidad para lograr una erección o para mantenerla es un problema grave que trasciende a la propia pareja. No cabe duda de que la impotencia sexual puede causar estragos en una relación, ya que imposibilita disfrutar de una unión sexual plena y satisfactoria. Pero también puede ocasionar graves trastornos emocionales en el hombre que la sufre, puesto que merma su autoestima, crea una sensación de estrés previa a las relaciones sexuales y lo cohíbe frente a su pareja no solo en ese momento íntimo, sino en el seno de la propia relación. Además, puede influir en otros aspectos de su vida, como el ámbito laboral, el familiar o el social.

Por ello, la mayoría de los expertos aconsejan no dejar pasar el problema y consultar cuanto antes con un médico especializado.

Entre las principales causas de la disfunción eréctil debemos señalar las siguientes:

  • Estrés, ansiedad o depresión. El ritmo de vida que llevamos, el exceso de trabajo, el cansancio, problemas para conciliar el sueño, no estar a la altura con nuestra pareja o la presencia de factores económicos, familiares o sociales pueden influir en nuestras relaciones sexuales e impedir que consigamos una erección. En estos casos, no hay una enfermedad detrás de la disfunción eréctil, sino alteraciones emocionales que afectan al reflejo sexual natural y fisiológico que provoca la erección.
  • Enfermedades cardiovasculares. Después de los problemas psicológicos, son la causa más común de una disfunción eréctil. La cantidad de sangre que circula por los vasos sanguíneos no llega completamente al pene, por lo que este no puede levantarse. Es importante consultar con el médico, puesto que detrás de la disfunción puede encontrarse otro problema de mayor importancia, como colesterol alto, hipertensión, diabetes o una enfermedad coronaria. Cualquiera de estas afecciones puede provocar un trastorno vascular que impida que la sangre discurra correctamente por las arterias y venas, dificultando o haciendo imposible, por tanto, la erección.

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  • Problemas del sistema nervioso. En algunos casos, la impotencia sexual puede deberse a un problema en el sistema nervioso ocasionado por enfermedades medulares. La esclerosis múltiple también podría estar detrás de la disfunción eréctil, por lo que habrá que valorar cada caso de manera especial.
  • Toma de algunos medicamentos para tratar enfermedades coronarias o emocionales. Algunos de los fármacos que se recetan para el corazón o la tensión arterial pueden afectar al pene, por lo que el hombre tendrá problemas para conseguir que este le levante o se mantenga erecto. Asimismo, determinados medicamentos empleados para tratar la depresión, la ansiedad u otros problemas psicológicos también pueden ocasionar disfunción eréctil.
  • Ausencia de hormonas sexuales masculinas. La falta de hormonas sexuales como la testosterona o los andrógenos puede alterar la función sexual y, con ello, provocar problemas de erección. No es una causa habitual, pero sí debemos tenerla en cuenta.
  • Estilo de vida poco saludable. Fumar, tomar drogas o beber alcohol con frecuencia también puede alterar la capacidad para conseguir una erección, así como llevar una vida excesivamente sedentaria o el consumo abusivo de grasas saturadas. Aunque no sea una causa directa, debemos prestar atención a estos factores, pues pueden ocasionar otras enfermedades que sí están asociadas directamente con la disfunción eréctil.

¿Qué métodos existen para tratar la disfunción eréctil?

Lo normal es que si el problema de impotencia sexual está relacionado con algunas de las causas descritas anteriormente, tratando esas afecciones se podría solucionar el problema de impotencia. Es el caso, por ejemplo, de aquellas alteraciones provocadas por el uso de medicamentos o los trastornos psicológicos. Dejar de tomar los fármacos que ocasionan los problemas de erección puede ayudar a recuperar la capacidad sexual. Y lo mismo sucede en aquellos casos en los que el estrés, el tabaco, las drogas o la ansiedad están detrás. Si se tratan esos problemas emocionales con terapia y ayuda especializada se podrá acabar con el problema de impotencia sexual que afecta al paciente.

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En otros casos, el problema es más complejo y exige de otro método específico. Uno de los más habituales es la toma de fármacos orales; se trata de inhibidores de la fosfodiesterasa 5 que engloban al tadalafilo, el vardenafilo y el sildenafilo, los cuales actúan incrementando el flujo sanguíneo en el pene, lo que posibilita la erección. Sus resultados pueden prolongarse hasta 24 horas, en el caso del primero, y 12, en el caso del segundo, y no están exentos de efectos secundarios, como dolor de cabeza o muscular, náuseas, mareos, sofocos, alteraciones estomacales, problemas de visión...

Por su parte, el avanafilo, otro inhibidor, mejora la vasodilatación, lo que permite que la sangre circule correctamente y pueda provocar una erección.

Otro método para tratar el problema de la disfunción son las inyecciones intracavernosas de alprostadil en el pene. Es un método igualmente muy eficaz y que, como los tratamientos orales, puede causar reacciones adversas, como hematomas, inflamación o erecciones demasiado prolongadas.

Las ondas de choque de baja energía también sirven para tratar algunos casos de disfunción eréctil. Se ha demostrado los beneficios de las ondas de choque para diversos problemas estéticos, como la celulitis. Pero este método tiene muchas más ventajas: estimula la circulación sanguínea y favorece la creación de nuevos vasos sanguíneos, lo que, sin duda, favorece la erección.

En aquellos casos en los que la impotencia sexual se deba a la ausencia de hormonas masculinas, se suele recetar tratamientos hormonales.

Por último, como último caso se puede recurrir a un implante o prótesis en el propio pene mediante una operación quirúrgica. Es el tratamiento más común cuando la disfunción es consecuencia de una prostatectomía radical realizada para extirpar la próstata tras un cáncer.

Si tienes problemas de erección, debes acudir a un experto en urología y cirugía médico-estética para que examine y evalué tu caso y te ofrezca la mejor solución.

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