La cara es el espejo del alma. Alma con la que podemos transmitir a los demás tristeza, enfado, cansancio, sin dudas sinónimos de rostro envejecido y que mostramos en nuestro primer contacto a los demás e incluso a nosotros mismos cuando nos miramos en el espejo.
Y es ese primer contacto con los demás y con nosotros mismos el que marca nuestro ánimo a lo largo del día y el de las personas que nos rodean. Con el paso de los años, debido a factores externos como la gravedad y el sol, e internos como la pérdida de la elasticidad de la piel, la caída de los músculos de la cara por debilitamiento y la pérdida de tono, aparecen los signos que envejecen la expresión.
Estos pueden ser: caída y laxitud en las mejillas, surco nasogeniano marcado, líneas de marioneta, arrugas periorales, bandas, platisma y laxitud de la piel cervical.
El paciente y el cirujano, desde la primera entrevista, deberán resaltar y acordar qué aspectos del rostro son los que habrá que mejorar con la cirugía para poder así alcanzar los resultados esperados. La cirugía se puede realizar con anestesia general o anestesia local y sedación.
No es necesario cortar el pelo para realizar las incisiones, y en general se realizan alrededor de la oreja y un poco por detrás de esta dentro del pelo. Si necesitamos tensar el cuello, necesitaremos añadir una pequeña cicatriz debajo del mentón. El envejecimiento facial no solo es un problema de la piel sino también de las partes profundas por lo que, para conseguir resultados más duraderos y naturales, se deberá trabajar la parte profunda de los músculos faciales, por debajo de la piel.
Es así como lograremos de manera natural tensar el surco nasolabial, resaltar el pómulo, eliminar la flacidez de las comisuras labiales y definir la línea mandibular. En el cuello se eliminará la papada mediante la extracción de la grasa, además se borrarán las bandas al recortar el músculo sobrante y caído, relajándolo mediante incisiones definiendo así el ángulo del cuello. Un problema muy frecuente es la caída de la mejilla, problema que solo se soluciona mediante la colocación endoscópica de suturas que tensan la musculatura y la grasa del tercio medio facial.
Una vez cargado el rostro de forma tridimensional, la piel se aplicará sobre su sitio, eliminando lo que sobra sin tensiones. Tras la cirugía generalmente no se aplican vendajes, dándose el alta en cuarenta y ocho (48) horas, el paciente deberá guardar reposo y mantener el cabecero elevado durante los primeros días, pues la hinchazón y los morados tardarán una (1) semana en desaparecer. A la semana se quitarán los puntos y a partir de la segunda semana podrá realizar vida normal.