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¡Todo sigue viento en popa! Cada vez tengo menos presente a mis mamas, por lo que entiendo que cada vez son más parte de mi cuerpo (y es muy buena señal).
El cirujano me dió permiso en la última visita de control para usar sujetadores nuevos, siempre que fueran sin aro. Ir a comprarlos y tener que buscar tallas mas "generosas" es algo que emociona (quiénes han sufrido de talla parca, me entienden fijo xD). Por lo visto, según fabricante ando entre la 95B-95C-100B (¡ala!).
Añado fotos con ellos (al ser fotos modo selfie se ven menos iguales de lo que están, por adelantar un brazo, pero... ¡ni me importa! ^^ ).
(Añado las fotos que antes no pude subir)
1) EL CAMINO HASTA AQUÍ
Las mujeres que hemos sido “parcas de pecho” sabemos lo que es cargar con el complejo desde muy jóvenes. Las demás se van desarrollando, tu también parece arrancas… pero algo no acaba de tirar del todo y frena. Y te acabas viendo muy distinta a las mujeres con las que te relacionas y a los cánones de belleza que impone esta sociedad actual.
En mi caso mi pecho siempre fue menudo. Cuco, por ser firme y redondito, pero pequeño. Pero tras los 2 embarazos y posteriores lactancias, ya pasó a ser menudo, flácido, vacío y con unas areolas enormes (aluciné con lo que crecieron, por las hormonas de los embarazos O.o). Siempre tienes en mente que, si te atrevieras a pasar por quirófano, te arreglarías el pecho. Recolocación y ya puestos un aumento (¡verse por fin con curvas femeninas y armoniosas!). Pero entre el miedete al operarse, y el esfuerzo económico que implica, lo dejas en un “proyecto imaginario”.
2) EL PROCESO: DECIDIR, ELEGIR.
Pero un día... te decides. Tus hijas son suficientemente mayores. Tu trabajo te permite la inversión. Y cuentas con una pareja que cuando le hablas del proyecto te apoya (y también tu madre, aunque ella cree que estás loca por no verlo algo necesario, jaja). Y ahí empieza la aventura: buscar información (sobre la cirugía, sobre cirujanos plásticos, opiniones, experiencias, consejos…), visitar a los cirujanos elegidos (nunca le había enseñado las tetas a tanto desconocido, carai xD), decidir que te gustaría y qué no, hacer cálculos con los presupuestos, buscar fechas posibles… Y, finalmente, llega un día en el que eliges a uno de los cirujanos que te ha convencido, y tienes fecha para operarte.
Tener la seguridad de elegir sin equivocarse es… si no imposible, improbable. Nadie puede tener la certeza total de estar eligiendo al mejor profesional de los que hay, ni al que le vaya a conseguir el mejor resultado. Por lo que toca confiar en una misma, y elegir en función de quien nos hace sentir más seguras y a gusto. En función de lo que hemos hablado/sentido al conocerle y la información que tengamos (sobre él, sus trabajos, etc). En mi caso elegí, entre los 9 que visité, a quién (me pareció) un buen cirujano. Pero... no a un buen equipo.
La manera de trabajar de la comercial me generó inseguridad, y finalmente desconfianza. Cambió varias cosas de las indicadas en la visita inicial, llegando a cambiarme la clínica donde me iban a operar cuando firmábamos las autorizaciones de la cirugía (¡a 3 semanas vista! y diciéndome que yo no había entendido bien donde iban a operarme… ¿perdón?). Junto con otros detalles que ya me habían incomodado (precio de preoperatorio superior a lo que me descontó luego del total por cursármelo por mi cuenta, avisos de que si el quirófano se les alargaba me cobrarían tras operarme un plus al precio total…) me colapsé, y me planté. Lo anulé todo, y di por perdida mi oportunidad de operarme.
Pero, a veces, las cosas buenas pasan. Contacté con el otro cirujano que me había convencido y este movió cielo y tierra, consiguiéndome quirófano en la fecha que ya tenía montada (vacaciones para recuperarme, logística familiar con las niñas, ya tu sabe). Así que el 19/10/17, cómo estaba previsto inicialmente, me operaban.
3) EL DÍA DE LA VERDAD
Mi cirugía consistió en una Mastopexia periareolar, con prótesis Pollytech (de 350cc y 395cc, por corregir la asimetría que tenía entre ambas mamas) en plano subfascial, y reducción de areolas. Realizada por el cirujano Xavier Adell Mesas, en la Clinica Diagonal (Barcelona).
Ingresé a las 11:30h. A las 12:30h me bajaban a quirófano, con el conjunto de papel: bata, braguitas (estilo pañal, preciosas sí), patucos y gorro. Divina de la muerte, y más tensa que una cuerda de guitarra, pero pude controlarme, y hasta reírme un poco con el personal. Tras 30 minutos en la sala previa a quirófano (donde te ponen la vía, y te viene a saludar el equipo que te opera: cirujano, anestesista, instrumentista…) te llevan para dentro. Y en aquella camilla, bajo las luces del foco de quirófano, hablé con el equipo (muy humano y agradable) y me pasaron la anestesia por vena. Y la anestesia que tanto me aterraba… resultó ser un leve dolor en la vena al entrar el líquido, seguido de una sensación de adormecimiento progresiva y gradual (cómo cuando se te duerme una pierna, aquel hormigueo, pero en tooodo el cuerpo) junto con un sueñecito de aquellos que no se aguantan.
Tras menos de 3h, desperté de lo que (para mí) había sido apenas unos segundos en la misma sala donde esperé ir al quirófano. Sin nauseas ni malestar alguno, solo un sueño pegajoso, que no me dejaba hablar bien (estilo melopea del 15). Y consciente y orientada, pero soñolienta, me subieron a la habitación.
4) EVOLUCIÓN/RECUPERACIÓN
Tras 3-4h en la habitación me sentía muy bien, me dejaron levantarme (con la enfermera) e ir al baño (no puedo con las cuñas). Cené sin problemas, y pude dormir bien semi-incorporada (benditas camas articuladas). Al día siguiente el cirujano me quitó el vendaje compresivo, dijo que todo estaba bien (¡que grandes las vi! ¡Y eran mías!), y me puso el sujetador deportivo. Y tras retirarme las enfermeras los drenajes (uno de ellos dolió un poco, pero fue un momento de nada)… para casa.
En mi caso, puedo decir que no he tenido un dolor importante, si no leve y solo a ratos. Con el antiinflamatorio cada 8h, apenas algún dolor tipo quemazón en las costillas a según que movimiento, hipersensibilidad cutánea a rachas en alguna zona de las mamas, y sensación de agujetas intensas en el pectoral. Los primeros 2-3 días son los más delicados, me sentía con la flojera que se tiene en un buen catarro. Pero del 4o en adelante, todo se suaviza y mejora. Se puede hacer una vida normal, excepto aquello que requiere fuerza o elevación de los brazos, o movimientos muy repetitivos con ellos.
Actualmente aun las tengo hinchadas (aunque la sensación de tensión y presión intensas de los primeros días va yendo a menos), y la evolución es buena. Este lunes el cirujano me notó liquido retenido, si no lo reabsorvo con medicación podría necesitar pincharlo para vaciarlo, para evitar hacer un seroma... deseadme suerte ^^U ). Hoy ya me he podido quitar del todo el esparadrapo de papel que me cubría las cicatrices, ¡y están geniales! Excepto un punto que aun está algo tierno y tirante, el resto apunta a cicatriz finita y dócil.
Adjunto fotos, 3 del antes (las que me hizo en cirujano, en la sala previa al quirófano) y 3 del ahora. A las que hayáis llegado hasta aquí… gracias por leer el tochaco (no sé escribir poco, las “octubreras” creo que ya lo saben bien xD). Y si leéis experiencias de cara a animaros a hacerlo… bajo mi experiencia, os lo recomiendo si lo sentís necesario.
Cumplir un sueño no puede no valer la pena.
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