Trasplante capilar: cómo prepararse y qué cuidados hay que seguir
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Más de la mitad de la población masculina de nuestro país padece alopecia. Casi el 60% de ellos comenzó a perder pelo de manera considerable antes de los 20 años. Para algunos, el trasplante es el único tratamiento posible para recuperar de nuevo el cabello perdido.
Muchas son las causas de la alopecia. La más habitual suele ser la atrofia a los folículos pilosos provocada por la dihidrotestosterona (DHT), una hormona derivada de la testosterona que se sintetiza, entre otras áreas del cuerpo, en los folículos pilosos. Pero el estrés, los problemas emocionales, algunos cambios hormonales o una dieta pobre en vitaminas A, B y C, biotina o vitamina H (también conocida como vitamina B7), cinc, hierro, cobre y proteínas también puede provocar la pérdida de cabello y la aparición de calvas en el cuero cabelludo.
A la hora de tratar la caída del cabello y la alopecia puede optarse por distintos métodos, desde los farmacológicos hasta la mesoterapia, pero no todos consiguen los resultados esperados. En algunas ocasiones el trasplante capilar es el único método efectivo para hacer crecer de nuevo el pelo. Por eso, son muchos los que piden información en centros especializados en injertos capilares para someterse a este tratamiento médico-estético.
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¿Qué es un trasplante capilar?
El trasplante capilar es una operación quirúrgica que se realiza con anestesia local y que tiene una duración variable, pues puede durar entre dos y nueve horas, según el área en la que el cirujano vaya a actuar (si el tiempo es prolongado, las ocho o nueve horas son repartidas en dos sesiones). La causa de ello es que el trasplante emplea injertos capilares que se implantan uno a uno en el cuero cabelludo del paciente. Dependiendo del área que haya que injertar, así será la duración de la intervención.
Dos son las técnicas más habituales: el método FUSS (también conocido como STRIP o microselección folicular) es aquel en el que el cirujano trasplanta los folículos pilosos desde una tira de cuero cabelludo que previamente ha extirpado del paciente.
Por su parte, el método FUE (la otra técnica usada) es parecida a la anterior con la salvedad de que el médico no extrae ninguna tira de cuero cabelludo, sino que realiza una selección de los folículos pilosos más óptimos y los extrae uno a uno para injertarlos, posteriormente, en la zona donde se encuentra la calvicie.
Si es posible, la zona donante suele proceder del propio paciente, pero hay veces en las que no es posible, por lo que los injertos proceden de otros donantes compatibles.
A pesar de lo aparatoso y minucioso de la operación, no es una intervención excesivamente dolorosa. Aun así, se suele administrar anestesia local para paliar posibles molestias en el cuero cabelludo durante la extracción o el trasplante.
¿Cómo prepararse para un trasplante capilar?
Como siempre decimos, es sumamente importante seguir todas las indicaciones dadas por el cirujano para los días previos y posteriores a la cirugía, pues las necesidades de cada paciente exigen una preparación personalizada. Ahora bien, existen una serie de cuidados que son generales a todos los pacientes, a saber:
- Suspender la ingesta de cualquier medicamento o complejo vitamínico, salvo que el médico estime lo contrario, sobre todo de ácido acetilsalicílico y de antiinflamatorios.
- Abandonar el ejercicio físico y el deporte.
- No fumar.
- No ingerir nada de alcohol.
- Evitar el consumo de bebidas excitantes como el café o el té.
Estos pasos previos a la operación deben realizarse durante la semana anterior al trasplante capilar. El día antes el cirujano aconsejará al paciente que se lave el cabello solo con agua y jabón neutro, sin aplicar acondicionador, mascarilla, crema hidratante, gel fijador, espuma, etc.
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Cuidados durante el posoperatorio y el periodo de recuperación
Una vez se ha realizado el trasplante, el paciente deberá seguir los consejos dados por el médico para evitar infecciones y para que los resultados sean los esperados.
El cirujano prescribirá la ingesta de antibióticos para prevenir posibles infecciones durante las 24 horas siguientes al trasplante. Asimismo, tendrá que tomar los analgésicos que establezca el facultativo para reducir posibles molestias posteriores a la operación. Nunca ácido acetilsalicílico ni antiinflamatorios, pues pueden ocasionar hemorragia o provocar otras complicaciones.
El paciente también podrá tomar los fármacos que tenga recetados de manera habitual, siempre y cuando hayan sido prescritos por un médico, el cirujano tenga constancia de ello y así lo considere conveniente.
Del mismo modo, tendrá que seguir una dieta adecuada para después de la intervención, con platos ligeros que faciliten la digestión. El alcohol y el tabaco continúan estando prohibidos durante el posoperatorio. Si no se ha producido ningún problema, el paciente podrá volver a fumar o a tomar alcohol pasados dos o tres días, pero debe valorarlo el cirujano, que será el profesional que verifique que la recuperación transcurre con normalidad.
Si practicábamos deporte o hacíamos ejercicio normalmente, tendremos que posponer nuestras rutinas hasta que el médico lo estime oportuno. Normalmente, si no surge ninguna complicación, puede retomarse al cabo de dos o tres semanas, pero todo dependerá de lo que dictamine el cirujano en función de la evolución del paciente y de sus circunstancias.
Por lo que respecta al descanso, el especialista aconsejará al paciente que este duerma con la cabeza ligeramente levantada la primera semana. Si el trasplante ha tenido lugar en la parte posterior, el lugar de apoyo del cojín o de la almohada tendrá que ser el cuello para evitar que la funda roce el cuero cabelludo de la zona trasplantada.
A las dos semanas se retirarán los puntos. Será entonces cuando el cirujano realice la primera valoración de la operación.
El trasplante capilar es una intervención efectiva que, en la mayoría de los casos, consigue que el paciente recupere el cabello caído, pero todo depende de cada paciente, del origen de su alopecia y de su historial clínico. Por ello, muchas veces se ofrecen otros tratamientos alternativos antes que la operación.
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