Reconstrucción mamaria con tejido abdominal
Ya lo hemos comentado en otras ocasiones. La reconstrucción mamaria es fundamental tras una mastectomía, ya que la paciente necesita volver a sentir la integridad como mujer que le confieren sus pechos. Resulta sumamente importante a efectos psicológicos, pues este paso posibilita su recuperación completa.
Por ello, como hemos recalcado en artículos anteriores, es primordial que la reconstrucción mamaria, siempre que sea posible, se lleve a cabo tras la mastectomía, porque supone un paso muy importante para el proceso de recuperación emocional de la propia mujer.
Aunque ya desde finales del siglo XIX hay ensayos de reconstrucciones, será en la década de los años 40 cuando el padre de la cirugía plástica, Harold Gilles, lleve a cabo la primera reconstrucción con tejido del tórax y abdomen.
Las complicaciones quirúrgicas de este método determinaron que otros médicos se inclinaran, en la década de los sesenta, por realizar dichas reconstrucciones empleando prótesis de silicona, descubiertas en esos años. No será hasta mediados de los setenta cuando se produzcan las primeras reconstrucciones con músculo dorsal ancho. A finales de esa década, el empleo de tejido abdominal supuso otro sistema revolucionario para paliar los estragos causados por la mastectomía en los casos de cáncer de mama, siendo la reconstrucción con DIEP, empleada desde los años noventa, una de las mejores opciones para la reconstrucción mamaria en la actualidad.
Por tanto, la reconstrucción mamaria puede realizarse por medio de tres métodos distintos: usando implantes mamarios, empleando un colgajo músculo-cutáneo de dorsal ancho o con tejido abdominal. Es de este último método de reconstrucción del que hablaremos en este artículo.
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Reconstrucción de mama empleando tejido del abdomen
La reconstrucción de mama con DIEP supone el empleo de tejido (piel y grasa subcutánea) procedente del abdomen y que está vascularizado por la arteria epigástrica inferior profunda, el cual se extrae de la propia paciente y se inserta, a través de microcirugía vascular, en la zona del pecho. La intervención se cierra con tres tipos de suturas, a saber: subcutánea, subdérmica y dérmica.
Este autotrasplante de tejido abdominal y de los vasos comunicantes de la propia arteria permite que el tejido abdominal se remodele correctamente, y de manera completamente natural, en el tórax, con resultados muy satisfactorios para la paciente.
En el área del abdomen quedará una cicatriz en la zona del pubis, similar a la que se evidenciaría tras una abdominoplastia y que quedará oculta por la propia ropa interior femenina.
La complejidad de esta operación requiere del empleo de anestesia general, ya que la intervención suele tener una duración aproximada de unas 8 horas. La paciente permanecerá ingresada unos 4 o 5 días en el hospital. Después del alta, tendrá que seguir de baja hasta su recuperación completa y deberá llevar puesto un sujetador posquirúrgico hasta que lo determine el cirujano.
Por lo que respecta a los riesgos, además de los propios de cualquier tratamiento quirúrgico, debemos señalar inflamación del abdomen o de la mama, problemas de cicatrización, infección…
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¿Para quién está indicada la reconstrucción mamaria con tejido abdominal?
Como es lógico, es el propio cirujano quien, evaluando el historial de la paciente, determina el mejor procedimiento de reconstrucción mamaria entre los tres comentados anteriormente.
En el caso que nos ocupa, la reconstrucción mamaria con tejido procedente del abdomen suele ser la opción más acertada en casos de mujeres que han recibido radioterapia, pacientes con grandes secuelas físicas tras la mastectomía, con tejido mamario dañado o que carecen de músculo pectoral como consecuencia de alguna anomalía, como el síndrome de Poland. También está aconsejada en personas que, debido a su condición, no son aptas para la reconstrucción mamaria con los otros sistemas quirúrgicos.
Por el contrario, aquellas mujeres que se hayan realizado alguna abdominoplastia no pueden hacer uso de este método de reconstrucción de pecho, ya que este sistema aprovecha el exceso de grasa de la paciente, que, tras una abdominoplastia, es deficiente.
Tampoco se recomienda en casos donde hay cicatrices de cesáreas previas cuando la cicatriz está dispuesta en sentido vertical. Por último, aquellas mujeres con problemas de coagulación, cicatrización o con sobrepeso deberán consultar con el cirujano la idoneidad de esta técnica.
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