La Dismorfia de Zoom y su impacto en la autoestima y la cirugía estética
En la era digital, las videollamadas se han convertido en una parte integral de nuestras vidas, facilitando la comunicación y la colaboración en todo el mundo. Sin embargo, este auge de las videollamadas ha traído consigo una nueva preocupación: la dismorfia de zoom, también conocida como el "efecto videollamada".
En este artículo, exploraremos qué es la dismorfia de zoom, por qué ha aumentado su prevalencia, cómo está directamente relacionada con nuestra autoestima y la industria de la cirugía y medicina estética, y qué impacto tiene en nuestra sociedad.
¿Qué es la Dismorfia de Zoom?
La dismorfia de zoom es un fenómeno psicológico, también conocido como el "efecto videollamada", en el cual las personas desarrollan una preocupación excesiva por su aspecto en las videollamadas. Se caracteriza por una percepción distorsionada de los rasgos faciales, a menudo magnificando imperfecciones mínimas o percibiendo defectos que no existen en realidad. Se trata de una extensión de la dismorfia corporal, un trastorno que implica una preocupación obsesiva por la apariencia física de uno mismo.
El problema es que este fenómeno ha experimentado un considerable aumento en los últimos años como debido principalmente a la pandemia de la COVID-19 y el consiguiente aumento en el uso de plataformas de videollamadas para el trabajo y la socialización. El hecho de pasar horas frente a la cámara, a menudo en ángulos poco favorecedores y con una visión prolongada de nuestra propia imagen, nos ha empujado a una mayor autoevaluación y comparación de nuestra apariencia con los estándares de belleza actuales en nuestra sociedad.
A todo ello, debemos sumar la influencia de las redes sociales y las aplicaciones de retoque de fotos, que solo han exacerbado esta tendencia. Debemos tener en cuenta, que hoy en día tenemos acceso a herramientas que nos permiten alterar nuestra apariencia en tiempo real durante las videollamadas, lo que contribuye aún más a la dismorfia de zoom y al aumento de la insatisfacción con la apariencia natural.
La autoestima y la Dismorfia de Zoom
Con todo esto no es de extrañar que afirmemos que la dismorfia de zoom puede tener un impacto significativo en la autoestima de las personas. La constante atención a los detalles percibidos como defectos puede ir minando la confianza en uno mismo y llevarnos a una preocupación obsesiva por nuestra apariencia. Esta autoevaluación negativa constante puede extenderse más allá de las videollamadas, afectando a la forma en que nos percibimos en la vida cotidiana (nuestro reflejo en los espejos o en los escaparates, en las fotografías...).
Y es que la sociedad actual a menudo promueve estándares de belleza poco realistas, y la dismorfia de zoom puede hacer que la presión para cumplir con estos estándares. se mucho más intensa, lo que puede generar ansiedad, depresión y una disminución general de la calidad de vida de quienes la padecen.
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La Dismorfia de Zoom y su relación con la cirugía y medicina estética
Este aumento en la conciencia y esta preocupación excesiva por la apariencia en las videollamadas ha llevado a un incremento en la demanda de procedimientos de cirugía y medicina estética. No en vano, las personas que experimentan dismorfia de zoom deciden recurrir a tratamientos estéticos en un intento de corregir los supuestos defectos que ven en la pantalla.
Entre los procedimientos más comunes a los que suelen recurrir en este contexto encontramos la rinoplastia (cirugía de nariz), la blefaroplastia (cirugía de párpados) y los tratamientos de rellenos dérmicos para mejorar los labios y las mejillas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la dismorfia de zoom puede estar basada en una percepción distorsionada de la apariencia física y no reflejar necesariamente la realidad. Por este motivo, los profesionales de la salud deben abordar este fenómeno con sensibilidad y brindar el asesoramiento adecuado sobre los riesgos y beneficios de cualquier procedimiento.
Debemos tener en cuenta además, que la dismorfia de zoom no solo afecta a nivel individual, sino que también tiene un impacto en el conjunto de la sociedad ya que promueve una cultura de perfección inalcanzable, que puede llevar a la discriminación y al ostracismo de aquellos que sienten que no cumplen con estos estándares. Además, el aumento en la demanda de cirugía estética puede contribuir a una medicalización excesiva de la belleza, desviando recursos de la atención médica necesaria hacia procedimientos cosméticos.
Consejos y estrategias para evitar y combatir la Dismorfia de Zoom
Si bien aquellas personas que padecen de dismorfia corporal en cualquiera de sus versiones necesitan la ayuda de un profesional, existen ciertas pautas que podemos seguir para evitar que nuestra apariencia física nos genere tanta angustia:
- Practicar la autoaceptación: Es vital reconoce que la perfección no es realista ni alcanzable. Aprende a aceptar y amar tus características únicas.
- Limitar el uso de filtros y retoques: Un paso fundamental para frenar el aumento de este trastorno es evitar el uso de filtros o herramientas de retoque durante las videollamadas. Aprende a valorar tu apariencia natural.
- Cuidar de la salud mental: Mantener una buena salud mental a través de técnicas como la meditación, el yoga, o hablar con un profesional sobre tus preocupaciones, es clave.
- Establecer límites de tiempo en las videollamadas: Es importante no excederse en el tiempo frente a la cámara. Recuerda que las videollamadas son solo una parte de la comunicación actual y no definen tu valía.
- Buscar apoyo: A menudo, compartir tus sentimientos puede ayudar a ganar perspectiva. Habla con amigos, familiares o profesionales de la salud sobre lo que te angustia y preocupa.
- Desconectar de vez en cuando: Las redes sociales no son la vida real, no podemos vivir a través de ellas. Limita tu tiempo en redes sociales y cuando estés en ellas, sigue cuentas que promuevan la positividad corporal y la aceptación de uno mismo.
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Sin duda, la dismorfia de zoom es un fenómeno complejo que refleja la intersección entre la tecnología, la autoestima y la industria de la belleza. Su impacto en la autoestima y su relación con la cirugía y medicina estética subrayan la importancia de tratar este tema de manera comprensiva y empática. Es vital promover la aceptación de la diversidad de cuerpos y de apariencias así como fomentar la confianza en uno mismo más allá de las pantallas de videollamadas. De esta manera, podemos ayudar a contrarrestar los efectos negativos de la dismorfia de zoom en nuestra sociedad y en nosotros mismos.
Artículos de referencia:
Elan, P. (2021, 1 de septiembre). ‘I believe it’s a mental health issue’: the rise of Zoom dysmorphia. the Guardian. https://www.theguardian.com/fashion/2021/sep/01/i-believe-its-a-mental-health-issue-the-rise-of-zoom-dysmorphia
Dismorfia de Zoom: cómo nos afecta vernos a través de una pantalla. (s.f.). La Mente es Maravillosa. https://lamenteesmaravillosa.com/dismorfia-zoom-como-nos-afecta-vernos-a-traves-pantalla/