Elipse: el balón gástrico ingerible para adelgazar de forma segura y eficaz
El doctor Xesús Manuel Suárez es especialista en Endocrinología y Nutrición y Máster en Medicina Estética. Ejerce su profesión en Ourense desde el año 1985. Actualiza sus especialidades permanentemente e incorpora nuevos tratamientos que mejoran la eficacia de los resultados.
Para muchos pacientes, adelgazar y mantener el peso en sus valores saludables sin que se produzca el temido efecto yo-yo es un largo y tortuoso camino, que en demasiadas ocasiones acaba en una sensación de fracaso y frustración.
Desde hace más de 30 años ejerzo mi actividad como médico especialista en Endocrinología y Nutrición en Galicia y por mi consulta han pasado miles de pacientes con sobrepeso u obesidad en distintos grados. A menudo percibo en ellos una actitud escéptica respecto a los posibles resultados que obtendrán si les propongo seguir una dieta hipocalórica sin más. El argumento más habitual suele ser algo así: "Doctor, ya me he sometido a muchas dietas; me he pasado media vida siguiendo alguna y no consigo apenas bajar unos kilos, que recupero en cuanto me descuido... Lo que llevo peor es la sensación de hambre, la prohibición de ciertos alimentos que me encantan, la frustración de pasar tanto sacrificio y que no se note en la báscula ni en el espejo". El fracaso reiterado provoca en ellos, a menudo, una sensación de baja estima y escepticismo.
Sin embargo, esta situación cambia drásticamente cuando, una vez analizado su historial clínico y descartadas posibles contraindicaciones, le propongo al paciente seguir un programa de adelgazamiento que empieza con la colocación de un balón gástrico Elipse. Los excelentes resultados que vengo obteniendo me han convencido de incorporarlo como una herramienta para el programa de adelgazamiento y adquisición de hábitos alimenticios saludables que ofrecemos. Veamos algunas de las razones:
¿Por qué propongo este balón?
El balón Elipse no requiere sedación ni endoscopia para su colocación y eso supone reducir riesgos médicos y costes económicos a nuestros pacientes. El procedimiento no puede ser más sencillo y rápido: el balón viene plegado en una cápsula unida a un finísimo catéter. El paciente traga la cápsula con mi ayuda, hasta que llega al estómago. Se verifica su correcta colocación por medio de una radiografía; procedemos entonces a llenar el balón a través del fino catéter. Verificado su correcto llenado y colocación, retiramos el catéter con un leve tirón nada molesto para el paciente y ¡listo! En menos de media hora el balón queda colocado y llenado y comienza a realizar su función saciante.
El dispositivo estará activo entre 12 y 16 semanas. Al llegar ese momento, el balón comienza a abrirse espontáneamente, liberando su contenido líquido. Una vez desinflado, el balón se degrada y es eliminado en heces sin que el paciente tenga la menor molestia.
¿Por qué es el primer paso?
Es muy importante que el paciente que considera colocarse un balón Elipse tenga muy claro que se trata de un medio y nunca de un remedio mágico. Dicho de otro modo: El balón es ciertamente eficaz, pero no resuelve por sí solo el problema, sino debe servir para ayudar al paciente a adquirir nuevos hábitos de alimentación y vida saludable de forma estable, aprovechando la sensación de saciedad real y objetiva que le produce el dispositivo mientras está inflado en su estómago. Pero si el paciente no sigue de inmediato un programa minuciosamente elaborado por un equipo profesional experto y multidisciplinar, podría al cabo de un tiempo recuperar el peso perdido. Esta es la razón por la que he conformado en mi consulta un equipo de profesionales que acompañan al paciente en todo el proceso y fases del programa; el seguimiento debe ser presencial. Esto requiere tiempo y trabajo por parte de todos, pero mi experiencia me indica que si no se hace así, el fracaso es bastante probable.
¿Cuánto peso puede perder un paciente?
Esta es la buena noticia. Es realmente fácil para el paciente lograr una pérdida de peso de unos 15 kg. en esos 4 meses sin mucho esfuerzo; algunos consiguen, incluso, perder todavía más. La sensación saciante que produce el balón ayuda al paciente a limitarse a las cantidades de alimento adecuadas para bajar peso; además, ayuda muy eficazmente a eliminar la ansiedad por picar ya que reduce significativamente la sensación de hambre. Todo esto permite abordar la reeducación alimentaria con una actitud realmente positiva y confiada por parte del paciente. El seguimiento continuo me permite vigilar posibles desviaciones sobre el plan y corregir con rapidez aquellos elementos negativos que pudieran reaparecer y poner en peligro el cumplimiento del objetivo a largo plazo.
Y después... ¿qué?
Las primeras semanas después de la eliminación del balón son fundamentales para asentar la integración definitiva de los hábitos alimenticios incorporados. Por tanto, la pérdida de peso continúa y el proceso de reeducación sigue y el paciente ya no tiene que luchar como antes con la sensación de derrota ante la incontrolable sensación de hambre y ansiedad. Ha incorporado mayor variedad de alimentos, ha aprendido a equilibrar los nutrientes que necesita y a saborear sus recetas, estableciendo una relación sana con la comida. Se gusta y eleva su autoestima y recupera la confianza en que podrá mantener un peso adecuado de forma estable.