Lo hemos probado: relleno de ojeras con ácido hialurónico
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En colaboración con la Dra Teresa Pajuelo
Nuestra compañera Thalía Agudelo nos cuenta su experiencia con el tratamiento
Las ojeras no perdonan edad, cuidados, tiempo, ni lugar, cuando llegan vienen a quedarse y por muchos esfuerzos que hagamos, algunas veces se resisten a desaparecer. En la actualidad hay varios tratamientos que ayudan eliminarlas de manera sencilla y con resultados bastante duraderos, entre estos está el relleno con ácido hialurónico.
El relleno de ojeras con ácido hialurónico es una de esas clases de tratamientos que tiene dos líneas de pensamiento, está el grupo que lo considera la panacea (que no les quito razón en muchos sentidos) y que por estar naturalmente en nuestros cuerpos, empiezan a someterse a inyecciones sin percatarse de todo lo que implica; y está el grupo de los cautos, esos que lo ven, lo analizan, les parece increíblemente útil, pero son cautelosos sobre su aplicación y buscan la oportunidad -excusa- perfecta para empezar a aplicarlo.
Yo hago parte del segundo grupo.
Y entonces, ¿por qué decidí dar paso?
Cuando llegó a mi cabeza la idea de ponerme ácido hialurónico en las ojeras me surgieron mil dudas, especialmente porque siendo una persona joven no sabía si era prematuro que utilizara fillers y tenía miedo sobre qué contraindicaciones podría tener sobre mi piel a largo plazo. ¿Es el momento adecuado? ¿y qué si no me gusta? ¿y si me arrepiento después cómo me lo quito? ¿cómo sé si lo que me aplican es en realidad ácido hialurónico? -esta última pregunta me rondaba mucho la cabeza porque sé de la existencia de los biopolímeros y su afectación a la salud y no estaba dispuesta a arriesgarme-.
Siempre he sido una persona que se cuida mucho, procuro comer sano, hidratar mi piel con productos de calidad, reducir el consumo de bebidas alcohólicas y sobre todo me protejo del sol. A pesar de todo, empezando mi década de los 20 empecé a tener ojeras muy marcadas. Al principio pensaba que eran mis noches sin dormir por estudiar, la fiesta y el ritmo de trabajo que llevaba lo que causaba esas molestas ojeras, pero pasaron los años, empecé a dormir más horas, con mejor calidad y aún así estas no se marchaban.
El corrector de ojeras, la base y los iluminadores empezaron a ser mi mejor aliado para cubrir los surcos oscuros y darles un aspecto más relleno y jugoso. Mascarillas, bolsas de té, tratamientos caseros, cremas especializadas, productos que son efectivos para muchas personas, para mi no lo eran. Honestamente ya estaba desanimada, principalmente porque mi piel tiene buena calidad, soy cuidadosa y veía que todos mis esfuerzos eran en vano, si este aspecto tienen mis ojeras con 27 años, ¿cómo iban a ser con 40?, plantearme la pregunta me preocupaba y conocer la respuesta era incluso peor.
El relleno de ojeras con Ácido Hialurónico
Para cuando llegó el día del tratamiento con la Dra. Teresa Pajuelo, yo ya había leído artículos médicos sobre la utilización cosmética del ácido hialurónico, había estudiado sobre las marcas, las técnicas de aplicación, los requisitos para ser el paciente ideal, en fin, me había tomado el tiempo de informarme, era mi primera vez con fillers y quería tener mis ideas claras para consultarlas con la doctora. Lo tenía claro, si lo iba a hacer tenía que estar segura y la elección del profesional que lo iba a practicar, era prioritaria.
En consulta, la Dra. Pajuelo me explicó todo acerca del tratamiento y de mi caso, el por qué y el cómo de mis ojeras, cuál era el paso a seguir, el producto a utilizar y cuando estuvo todo claro procedimos a la aplicación.
Lo primero fue ponerme una crema anestesiante, no es que sea un tratamiento doloroso, pero hay momentos donde se puede sentir un poco de molestia. Para la introducción del ácido hialurónico en la zona de la ojera, la doctora tomó una pequeña aguja (realmente minúscula) e hizo un pequeño orificio sobre la línea del pómulo, en dónde comienza el surco orbital.
Posteriormente introdujo una pequeña cánula flexible la cual deslizó hasta el lugar donde empieza la ojera, esto duele un poco porque la cánula debe pasar por en medio de los vasos sanguíneos y la piel, y aquí te preguntarás: ¿no sería más fácil con una aguja que fuera perforando? y la respuesta es sí, sería más fácil, pero la cánula evita la aparición de hematomas y es más recomendable para la restauración de la piel.
Una vez finalizado el tratamiento, no tenía ninguna molestia ni dolor, apenas se veían los dos agujeritos por donde había sido introducida la cánula y estaba lista para retomar mis actividades.
View this post on InstagramA post shared by Multiesteticacom (@multiesteticacom) on Jul 8, 2020 at 2:54am PDT
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¿Y los resultados? ¿cuándo los vi?
Esta clase de ácido hialurónico es especial para esta zona, por lo que una vez que está en su sitio, empieza a recolectar agua de las capas subcutáneas para expandirse y tener más volumen, con el fin de rellenar mejor la ojera, por lo tanto no vi los resultados definitivos hasta después de 3 semanas y realmente se ve la diferencia.
Aunque la coloración violácea no se ha ido del todo (hecho que ya me había explicado la Dra Pajuelo con antelación, pues es necesario un peeling para eso), sí mejoró totalmente el aspecto de la ojera, ahora mi piel está mucho más uniforme y jugosa, la mirada está rejuvenecida y la zona se ve y se siente mucho más fresca.
Mi opinión acerca del relleno de ojeras
Me ha gustado mucho, no me esperaba que los resultados fueran así, es decir, claro que tenía mis expectativas altas, pero no esperaba que mi mirada fuera a rejuvenecer tanto, que mi piel fuese a sentirse tan hidratada, que hiciera un cambio tan notorio y sutil a vez, en otras palabras, que quedase tan natural. Seguiré con mis cuidados diarios y en cuanto se pasen los efectos de esta aplicación iré a por otra, ha valido mucho la pena. Ha sido un tratamiento sencillo que ha tenido un gran efecto.
