La abdominoplastia corrige la diástasis abdominal
El embarazo cambia de forma radical el cuerpo de la mujer. Durante los nueve meses de gestación lo importante es que el niño esté bien, pero una vez que ha nacido, es momento de comenzar el proceso de recuperación. En algunas mujeres es rápido y sencillo, pero a otras les cuesta mucho más recuperar la figura.
Debido a la dilatación que ha sufrido la zona del abdomen durante bastantes meses, es normal que esta tarde un tiempo prudencial en recuperar su aspecto normal, pero hay casos en los que, aunque pasen las semanas e incluso los meses, la tripa de la mujer sigue estando excesivamente abombada. Es entonces cuando hablamos de diástasis abdominal.
¿Qué es la diástasis abdominal?
Se trata de un abombamiento de la tripa que se produce porque la zona del abdomen no está tersa y porque la pared muscular se separa del tejido conectivo del abdomen. Es decir, que los músculos abdominales se quedan más separados de lo que deberían del tejido del abdomen, produciendo ese efecto de hinchamiento.
No es un fenómeno nada extraño; puede darse en cualquier tipo de embarazo, pero hay más posibilidades si es un embarazo muy grande o múltiple.
Lo malo de este problema es que no solo causa problemas a nivel estético, sino que esa tripa hinchada puede resultar incómoda para la mujer. Lo bueno es que esa hinchazón no se debe a grasa acumulada, por lo que la mujer puede recuperar su peso previo al embarazo a pesar de tener un problema de este tipo en el abdomen. Eso sí, debe tener en cuenta que, si hay diástasis abdominal, por muchos kilos que pierda el problema va a persistir.
¿Se puede prevenir la diástasis abdominal?
Lo cierto es que sí. La causa principal de la diástasis abdominal es que los músculos de la zona abdominal están debilitados por falta de ejercicio. Por tanto, realizar actividad física a diario es esencial en todas las etapas de la vida, pero en las mujeres que están buscando quedarse embarazadas es todavía más recomendable. Cuanto más fuerte esté el cuerpo, mejor podrá afrontar el embarazo y más fácil será después recuperar la figura.
No se trata de matarse a hacer abdominales si nunca se ha hecho ejercicio, pero existen rutinas sencillas que incluso se pueden practicar en casa en apenas unos minutos y que ayudan a ganar tono muscular en la zona del abdomen. Así se consigue que los músculos abdominales y el tejido de esta zona estén más cohesionados y haya menor distensión cuando se desarrolle la gestación.
Una vez iniciado el proceso, lo que puede hacer la mujer para reducir el riesgo de diástasis abdominal es evitar coger más peso del recomendado. Si hay tendencia a engordar, se puede hablar con el médico para que elabore un plan de alimentación que ayude al bebé a tener todos los nutrientes que necesita y a la madre a no coger demasiados kilos.
¿Cómo resolver la diástasis abdominal?
Si estos consejos ya llegan tarde para ti y después de dar a luz te has dado cuenta de que la tripa no vuelve a su estado anterior al embarazo, es hora de que te pongas a trabajar. El ejercicio, especialmente los abdominales hipopresivos, es el mejor aliado para tonificar la musculatura.
Hay que tener en cuenta que, al ejercitar el cuerpo, los resultados no son inmediatos, especialmente si no se seguía una rutina de ejercicio antes del embarazo. Hay que darse un margen de tiempo prudencial. Si en unos doce meses la situación no ha mejorado, es momento de plantearse pasar por el quirófano.
La solución en estos casos es una abdominoplastia. Eso sí, los especialistas aconsejan no pasar por esta intervención quirúrgica hasta que no se esté segura de que no se van a tener más hijos.
¿En qué consiste la abdominoplastia?
Esta intervención quirúrgica busca reconstruir la pared abdominal eliminando el exceso de piel que está separado de los músculos e incluso la grasa de más que haya podido acumularse. A continuación, se tensan los músculos para unirlos de nuevo en el centro del abdomen. El resultado es una mejora general de la zona del torso.
La operación dura unas dos horas y se suele realizar con anestesia general, siendo necesario que la paciente pase, al menos, una noche en el hospital para controlar la eliminación del anestésico del cuerpo. En los casos menos graves, se puede llevar a cabo una abdominoplastia parcial que se puede llegar a realizar con anestesia local.
Posoperatorio de la abdominoplastia
Tras la operación es perfectamente normal que el vientre se hinche; este fenómeno dura unos días y puede resultar algo molesto.
En los primeros momentos el paciente no puede estar de pie, pero en cuanto empieza el proceso de recuperación, es importante que empiece a caminar lo antes posible. Los puntos de sutura superficiales se quitan al cabo de siete días y los más profundos se dejan de dos a tres semanas. El vendaje se puede sustituir pasados los primeros días por una faja de compresión.
La cicatriz que queda es grande, pero se disimula fácilmente con la ropa. Si la paciente tiene la precaución de aplicar protección solar cada vez que exponga la zona, con el paso del tiempo se volverá prácticamente imperceptible.
Mantener la forma
La abdominoplastia es una operación cuyos efectos se pueden mantener durante muchos años si se siguen unas pautas de mantenimiento. De ahí que no sea recomendable en mujeres que quieran volver a quedarse embarazadas, puesto que la gestación podría volver a provocar el mismo problema.
Una vez que ya se ha producido la recuperación total, la paciente puede volver a hacer su vida normal, pero se recomienda que, a partir de ese momento, siga siempre una dieta sana, se hidrate adecuadamente y que practique ejercicio de forma regular.
La operación ayuda al cuerpo a tener un mejor aspecto, pero es importante que los músculos abdominales ganen fuerza, y eso es algo que solo se puede lograr si se trabaja habitualmente esta zona.